¡Mis queridos seres míticos! ¡No hemos fallado hasta el momento! Vamos casi a la mitad de nuestro festejo de una entrada diaria por un mes y, hasta el momento, va todo muy bien. ¿Se la están pasando bien? Yo sí, de lujo, en realidad. Ha sido un año más en el que he tenido la oportunidad de compartir con ustedes y, por ende, ha sido un año bien logrado; es por eso que celebrarlo me viene bien. Espero que igual a ustedes. Y pues, bueno, aquí regreso con un "De hojas y tinta" controvercial. Como el título lo dice, hoy trataremos el tema de los best sellers y les dejaré mi humilde y escueta opinión al respecto. Digo escueta porque este tema daría para algo tan largo como el tema de los E-books o la discusión que ya tuvimos sobre Rayar o no rayar los libros. Es por eso que, como todos los días, la caja de comentarios está a su completa disposición por si quieren agregar algo al tema, refutar mis conjeturas y, sobre todo, exponer su punto de manera respetuosa. Así, una vez puestos los puntos sobre las íes, lo mejor es pasar de lleno a la entrada.
Pues bien, comenzaré diciendo desde ya que creo que no tiene algo de malo leer best sellers. Sí, quizá no son de la calidad magnífica que puede ser un clásico, pero es un hecho que tienen algo que llama al público, motivo por el cual se siguen comprando. Como todo, existen buenas cosas de la misma manera que en la literatura clásica existe basura. Ahora conocemos sólo eso que trascendió a tal grado de pasar a nuestras generaciones, al grado de hacer que alguien girara la cabeza en esa dirección y lo copiara una y otra vez hasta darlo de nuevo a conocer. El resto, se queda simplemente en que quizá o no existió, en que pocos lo leyeron, o quizá demasiados pero al final del día terminó por desaparecer. En este punto lo que quiero decir es que no toda la literatura clásica vale la pena. Los hay, incluso, que llegan a nuestros días por un valor más bien emocional o nostálgico que por su contenido y la calidad del mismo. Y si lo pensamos de cierta manera, esos clásicos en algún punto pudieron haber sido best sellers. Claro que con esto tampoco digo que los best sellers de ahora serán clásicos del futuro. Muchos sí, otros millones se limitarán a quedar en el olvido.Ahora bien, en contra de esto mismo, de esta categoría, tengo ese hecho de que la literatura que se está produciendo justo en este momento es medianamente buena o mala a secas. No hay más. Son pocos, contados y escasos hasta el pánico los libros que valen la pena conservarse. Las tramas son repetitivas y aburridas. Incluso las hay quienes copian una trama pero, como le dan un nuevo vistazo o tienen el descaro de mezclar esa trama con otra que también tuvo éxito, siguen sin llenar el espacio. En estos tiempos modernos se publica o autopublica un libro cada día, mismo que no nos garantiza que sea bueno. Ahora tener una editorial significa tener patrocinadores, no más. Tener una firma no significa calidad. Las editoriales venden lo que sea que les dé dinero, incluso si el contenido es medianamente malo o simplemente malo. Claro, como en todo, existen joyas. Hay publicaciones de best sellers que te hacen pensar, que cumplen su función de entretener y lo hacen con un lenguaje que impacta. Me he topado, para mi buena suerte, con varios de este tipo. Es por eso que, en conclusión, yo creo que es bueno leer best selles aunque, y esto hay que tenerlo muy en claro, hay que ser selectivos. Tristemente no tenemos suficiente vida para leer todo lo que nos gustaría, así que debemos planear nuestras lecturas con atención. Fuera de eso, creo que se debe leer TODO lo que les caiga en las manos porque no saben cuándo los podría sorprender encontrar una maravilla literaria.Saludos enormes,