Es como Navidad cuando desenvuelvo mis miniaturas enmarcadas que acabo de recoger del taller de enmarcación.
Siempre las llevo a «Heredero de Crispín» en Madrid donde hacen un marco cien por cien artesanal según método antiguo que añade mucho valor a mi obra.
¡Cuando has estado un mes sin ver tus pinturas y vuelven en «traje de gala» es un regalo!

