¿ES CONFIABLE LA INFORMACIÓN SOBRE SALUD EN INTERNET?
Cuando se trata del cuidado de la salud, la Internet es una bendición mixta.
Ahora tenemos más información médica y de salud al alcance de nuestra mano, de la que jamás hubiéramos soñado posible hace unos pocos años.
Podemos desmenuzar el conocimiento de nuestras enfermedades recogiendo los datos de fuentes de innumerables médicos sin entrar en una biblioteca médica.
Podemos buscar fuera opciones de tratamiento que nuestros proveedores del cuidado de la salud nunca hubieran considerado, y prepararnos preguntas sofisticadas para realizar en nuestra próxima visita del doctor.
Podemos chatear desde casa con los médicos expertos renombrados, e incluso mirar un procedimiento quirúrgico realizándose en nuestras pantallas de la computadora antes de que nosotros lo experimentemos.
Pero la sola amplitud de información en el ciberespacio nos está sobrepasando.
El discernimiento creíble de la información de temas de salud, puede ser a veces un desafío significante, incluso para un ojo experimentado.
LO QUE USTED DEBE SABER
No hay ninguna regla que vigile el tipo de información de salud que aparece en la Internet o quién la coloca allí.
Por consiguiente, como consumidores de cuidado de la salud, debemos confiar en el sentido común, el juicio legítimo, y algunas pautas que podemos usar que nos ayuden a evaluar la calidad de información que encontramos en la salud y los sitios Web médicos. Aquí se dan algunas reglas generales:
EXAMINE LA FUENTE DE INFORMACIÓN.
¿Quién produjo la información para usted? Verifique si el sitio informa su origen.
Sea cauto con las fuentes anónimas de información.
La fuente, ¿es una compañía está intentando vender un producto o servicio? ¿Es un individuo o grupo que promueve un punto de vista particular?
Es probable que las fuentes más objetivas sean tanto las agencias gubernamentales, como los Institutos Nacionales de Salud; las instituciones académicas o médicas; y informes médicos y periódicos científicos o libros.
LO IMPORTANTE:
Sea un consumidor inteligente para la información en Internet del cuidado de su salud: confíe en el sentido común, y evalúe lo que usted ve cuidadosamente.
CONSIGA UNA SEGUNDA OPINIÓN.
Verifique la información contraria a ese reporte a través de otras fuentes de información, como sitios de noticias, u otros.
Consulte a su doctor y a otros profesionales si ellos están familiarizados con la información que usted encontró y qué opinión les merece.
EXAMINE LAS CITAS.
Verifique si la información se refiere a los expertos en el campo o a otros estudios médicos creíbles, como artículos, o trabajos.
VERIFIQUE LA ACTUALIDAD DE LA NOTICIA.
La salud y la información médica cambian rápidamente y frecuentemente. Controle cuándo fue anunciada la información.
¿Cuántos años tiene? ¿El sitio se pone al día regularmente? La información, ¿es anterior al pensamiento más actual y los resultados científicos disponibles? Para averiguarlo, tendría que investigar otros sitios en la Web o ir a otras fuentes de información.
TÓMESE LA PRUEBA “DEMASIADO BUENO PARA SER VERDAD”.
Si la información parece increíble, probablemente lo sea. Algunos sitios, recomiendan las curas milagrosas prematuras para el cáncer y dolencias sin una evidencia válida o adecuada. Esté alerta ante los reportes sensacionalistas de información médica.
Verifique con otras fuentes para sustentar los reclamos médicos cuestionables. Busque a través de los links (informaciones relacionadas). Los sitios más honestos probablemente agreguen links a otras informaciones similares.
Cuantos más hayan, mejor. Tenga cuidado con los sitios que se quedan con una sola investigación.
TÓMESE UN RESPIRO.
Sea cauto ante cualquier sitio que lo inste a que tome una acción inmediata. No importa cuán bueno podría parecer un plan o un remedio, verifique la información contra otras fuentes o consulte a un profesional de salud antes de actuar sobre él.