- Señor Twain: ¿Es conveniente tener muchos libros en casa?
Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, respondió afirmativamente:
- Sí señora, ya lo creo. Para mí es indispensable.
Y justificó su afirmación:
- Cuando un mueble cojea, necesito un libro para ponerlo debajo y nivelarlo. Las paredes de mi despacho tienen grietas, y las disimulo con libros. Si me enfado con mi perro, le tiro un libro a la cabeza. Y menos mal que soy alto, porque si fuerse bajito, necesitaría poner un libro sobre la silla cada vez que me siento a la mesa.
Ahí queda eso. ¿Alguien tiene alguna respuesta mejor?
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La anécdota la cuenta Gregorio Doval en su Anecdotario universal de cabecera. Ediciones del Prado. Madrid. 2003