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¿Es correcto que un cristiano busque justicia en tribunales?

Publicado el 12 septiembre 2024 por Max Damián @soymaxdamian
Temas cristianos para predicarEn la vida cristiana nos va a tocar enfrentar numerosos casos en los que vamos a ser probados de diversas formas.
No siempre vamos a tener días felices, pero sabiendo que Dios está de nuestro lado, todo ayudará para bien.
Dentro de esos días no tan buenos podremos enfrentar situaciones que requieren ser atendidas con la seriedad de la justicia terrenal.
Pero, para un cristiano, ¿es válido poder llevar sus asuntos ante la justicia civil?
¿Acaso esto es muestra de que no se ama al prójimo, o de que debemos ser mansos pero no mensos?
Esto mismo tuvo que enfrentar la hermana María. Una mujer que por 30 años fue sometida a violencia familiar.
Al principio soportó el maltrato físico y psicológico esperando que su marido entregara su vida de Cristo y Dios lo transforma.
Y así fue.
Su marido finalmente se entregó a Cristo y comenzó a mostrar aparentes evidencias de cambio.
Pero la felicidad de María no duraría mucho tiempo.
El hombre nuevamente cayó en brazos del alcohol, y volvió a los maltratos hacia la hermana María.
La violencia era tal que incluso su marido iba a sacarla de la iglesia de los cabellos para llevarla a su casa.
Toda esta conducta violenta también alcanzaba a sus menores hijos.
Pero a pesar de todo, María nunca lo denunció, ni compartió su violenta vida con los demás.
A ella siempre le dijo su mamá que los problemas se los debe solucionar sola, porque ella fue quien eligió al hombre con el que se casó.
Y como era una mujer iletrada viviendo en la pobreza, nunca tuvo los medios necesarios para denunciar a su marido.
Es más, como toda mujer violentada, ella creía que dañaría a sus hijos si es que los separaba de su padre.
Pensando de esa forma, y rodeada de mucho miedo, soportó un durísimo calvario que combinaba golpes, insultos y menosprecio.
Incluso hasta el punto de perdonar la infidelidad de su marido.
Sin embargo, y ya con los hijos adultos, ella se armó de valor para denunciar a su marido.
Y aunque estás muerta de miedo, pues recibe amenazas de su marido, ella continúa adelante con la demanda.
Todo esto le ha provocado algunas dudas con respecto a lo que está haciendo.
Ella quiere saber si está pecando contra Dios al hacer público el asunto de su familia.
Cree que podría tener alguna manifestación de odio contra su prójimo (su marido).
Así que, para traer paz a su alma, le he respondido de tal forma que ha sido capaz de estar tranquila para afrontar todo lo que la lastimó por tantísimos años.
Y si estás pasando por una situación similar, y quieres saber si la Biblia respalda tu decisión de presentar una demanda judicial, continúa leyendo este artículo hasta el final.
Vamos allá.
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Resolver conflictos dentro de la iglesia

Para empezar, debes entender que la Biblia no aborda de manera explícita el tema de que si un cristiano debe no presentar una demanda judicial.
Sin embargo, el apóstol Pablo sí enseñó, en su primera carta a los Corintios, cómo debes proceder ante una disputa.
Pero lo que Pablo enseñó en 1 Corintios 6:1-8, tiene que ver solo con disputas entre manos de la congregación.
Lo que suele pasar en muchas ocasiones cuando puede haber rencillas por dinero, por conductas inapropiadas, por alguna estafa, etc.
Situaciones en las que algunos creyentes pueden pretender llevar el asunto ante la justicia secular.
Ante esto, Pablo dice lo siguiente:
Para vergüenza suya lo digo. ¿Acaso no hay entre ustedes algún hombre sabio que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que hermano contra hermano litiga, y esto ante incrédulos? 1 Corintios‬ ‭6‬:‭5‬-‭6‬

Lo que se está sugiriendo aquí es que, los creyentes deberían buscar resolver sus conflictos dentro de la iglesia, en lugar de recurrir a los tribunales seculares.
Pablo subraya también la gravedad de llevar a cabo juicios entre manos en la fe.
Así que, en efecto, es ya un fallo entre ustedes el hecho de que tengan litigios entre sí. ¿Por qué no sufren mejor la injusticia? ¿Por qué no ser mejor defraudados? 1 Corintios‬ ‭6‬:‭7‬

Esto, aunque no dice que debemos callarnos ante graves injusticias, sí está animando a que, en medio de pequeñas situaciones, optemos por buscar el perdón y la reconciliación.
Pero efectivamente este punto no aplica al caso de la hermana María.
Así que continuaremos hasta llegar al punto correspondiente.

Llamados al perdón y reconciliación

La Biblia siempre apunta hacia una vida llena de perdón y de reconciliación.
Por ejemplo, Mateo 5:23-24, dice que si estás en el altar ofreciendo un sacrificio, y recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, debes dejar tu ofrenda y reconciliarte primero.
En esa misma línea, Colosenses 3:13 dice:
Soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro, como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes.

Como ves, la Biblia nos impulsa a vivir en paz cada vez que podamos.
Y el asunto tratado en el inciso anterior, en donde hablábamos de 1 Corintios 6:1-8, es una situación poco compleja que no debería ser llevada ante un tribunal.
Es decir, dentro de la iglesia debemos procurar siempre vivir en paz evitando las discusiones.
Todo esto será una muestra del amor de Dios en tu vida, y del amor hacia tu prójimo.
Por otro lado, en Mateo 18:15-17, Jesús ofrece un proceso específico para resolver conflictos dentro de la iglesia.
Los mismos que te enumero a continuación:
  1. Confrontar al hermano en privado.
  2. Si no hay reconciliación, llevar a uno o dos testigos.
  3. Y si aún no escucha, lleva el caso ante la iglesia.
  4. Pero si no escucha, y sigue insistiendo en su falta, deben tomarlo como un incrédulo.

Esto sugiere un enfoque en la meditación y reconciliación antes de tomar medidas extremas.
Además, poniendo en práctica Romanos 12:20, podrías darle perdón y amor a aquel que te odia: “Haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza”.

El caso de injusticias civiles o crímenes

A pesar de que la Biblia motiva fervientemente a la reconciliación y la resolución de disputas dentro de la iglesia, no todas las situaciones se pueden resolver tal como hemos hablado anteriormente.
Es decir, frente a situaciones de grave injusticia o criminal, acudir a las autoridades puede ser necesario y legítimo.
Sobre esto, la Biblia es muy clara y nos brinda el respaldo necesario, tal como podemos leer en Romanos 13:1-4:
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas.
Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal.
¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme.
Porque no en vano lleva la espada, pues es ministro de Dios, un vengador que castiga al que practica lo malo.

Entonces, y tal como le dije a la hermana María, si alguien es víctima de un delito o violencia grave de sus derechos, la Biblia no prohíbe buscar justicia a través de los sistemas legales establecidos.
De hecho, el mismo Pablo apeló a la justicia cuando fue arrestado y casi sometido a azotes en Jerusalén.
Cuando lo estiraron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba allí: «¿Les es lícito azotar a un ciudadano romano sin haberle hecho juicio?».
Al oír esto el centurión, fue al comandante y le avisó: «¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano». Vino el comandante a Pablo y le dijo: «Dime, ¿eres ciudadano romano?». «Sí», contestó él.
Y el comandante respondió: «Yo adquirí esta ciudadanía por una gran cantidad de dinero». «Pero yo soy ciudadano romano de nacimiento», le dijo Pablo.
Entonces los que iban a someterlo a azotes, al instante lo soltaron. También el comandante tuvo temor cuando supo que Pablo era ciudadano romano, y porque lo había atado con cadenas. Hechos‬ ‭22‬:‭25‬-‭29‬

Sin embargo, es importante hacerlo con la motivación correcta: no buscando venganza, sino justicia y reparación.
En esto, Romanos 12:19, nos recuerda:
Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, Yo pagaré», dice el Señor.

Equilibrando la justicia con el testimonio

Un cristiano puede, en ocasiones, verse en la necesidad de presentar una demanda para proteger sus derechos o buscar justicia, especialmente cuando las instancias de resolución dentro de la iglesia han fallado.
Sin embargo, siempre debe hacerlo con un corazón que busque y glorificar a Dios, y no simplemente ganar una disputa.
En este mismo sentido, Mateo 5:16, nos recuerda que nuestra conducta debe reflejar la luz de Cristo.
Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.

En resumen

Aunque dentro de la iglesia no siempre nos libraremos de algunos roces con otros hermanos, es necesario recordar que la Biblia recomienda priorizar la reconciliación y el perdón.
Por otro lado, en casos graves o cuando la justicia así lo requiere, puede ser necesario recurrir a los tribunales.
Así como la hermana María decidió denunciar a su esposo.
No porque lo odia y quiere verlo tras las rejas para siempre, sino para proteger su vida ante cualquier situación peligrosa, pues su esposo la amenaza en cada conversación que tienen.
Ella sabe también que, sus decisiones las debe acompañar de oración, discernimiento y consejo bíblico.
Y bueno, así es como hemos llegado al final del tema de hoy.
Si tienes alguna opinión o sugerencia sobre este post, házmelo saber abajo unos comentarios.
Además, no te vayas sin antes compartir este artículo con todos tus amigos en sus redes sociales.
Dios te guarde.😊
¡Vuelve pronto!🙏

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