Francamente, es duro no poder olvidar. Es complicado vivir cargando las maletas digitales que todos engordamos a diario sin tomar consciencia de cuánto nos pesarán luego. Entre sus gigabytes, traes fotografías de tu primer amor, inacabables poesías que no recordabas haber escrito o emails que dificultan perdonar a quien te hizo tanto daño. También, online, decenas de herramientas de interconexión personal te impiden distanciarte de tu pasado.
Ignasi Giró, en “Se nos olvidó olvidar”