Ultimamente entre cambios laborales, proyectos, compromisos, atenciones familiares necesarias… hacía tiempo que no aportaba una entrada al blog, pero la ocasión lo merece.
Os cuento, Enrique Castro (@castrocloud) es un enfermero que el otro día en Twitter abrió un amplio debate sobre el Doctorado en Enfermería y que permite plantearnos y/o replantearnos utilidad y necesidad de esta formación académica para el presente y el futuro de la profesión. Particularmente, he hecho un ejercicio de autocrítica y me voy a permitir compartirlo con todos vosotros.
Hacía referencia a la utilidad del Doctorado en Enfermería en la atención clínica o asistencial, y el debate se abrió fundamentalmente a raíz de este tweet:
Otorgar puntos x tener un doctorado en una bolsa d empleo clinico es la tipica chapuza iberica… #quererynopoder
— Enrique Castro (@castrocloud) julio 27, 2014
La frase abarca varias cuestiones, por lo que voy a aportar mi visión a partir de algunos puntos a destacar:
1) Doctor en Enfermería frente a ser enfermera clínica o asistencial.
Enrique lo tiene claro, te tienes que decidir, o eres Doctor en Enfermería o eres enfermera clínica (me gusta más asistencial, a partir de ahora). Pero las dos cosas no encajan en esa “posible combinación óptima”, cuando realmente la utilidad del doctorado, como él aporta es “investigar, publicar y enseñar” y concretamente, “es logico- para ser profesor, piden doctorado. Y ya se sabe que los doctorados se obtienen para enseñar”.
Mi opinión es que si eres asistencial, no considero que se deba de vetar una oportunidad de seguir ampliando la formación y poder abrir líneas de investigación. Entiendo que cualquier formación, incluyendo este nivel de máster/doctorado, permite alcanzar cierto sentido crítico positivo para el desarrollo y autonomía profesional y eso, permitedme que os diga, es aportar valor clínico al cuidado profesional y diario con los pacientes. En mi caso, llevaba más de 17 años de enfermera asistencial (es decir, tenía plaza y tranquilidad laboral) y tras iniciar formación posgrado en metodologías de investigación varios años previos, la decisión llegó porque quería completar la línea de investigación iniciada previamente con la suficiencia investigadora en la Tesis Doctoral, cuestión que académicamente la entendía como la cuadratura del círculo. Incluso piensas que no todo termina con su escritura y defensa, vinculada como estaba la investigación a pacientes con los que trabajaba en la práctica asistencial.
2) ¿Un doctorado es beneficioso para la práctica clínica?
Para Enrique es un derroche profesional. Incluso reconozco que hay algunas compañeras que me han hecho esta pregunta al acabar“¿Para qué te sirve lo que has hecho?” Y lo que más me preocupa de estas preguntas es que nos la hagamos las propias enfermeras y nos cuestionemos que la formación en competencias investigadoras, y en habilidades y métodos de investigación, no nos van a servir para nada en el cuidado asistencial diario de mis pacientes. Pero, no todo es la competencia y habilidad clínica para ser enfermera asistencial. Yo estoy convencida que necesitamos también hacernos preguntas clínicas, potenciar el pensamiento crítico sobre el cuidado diario de los pacientes, saber buscar las respuestas orientadas a resultados en salud y desarrollar otras habilidades junto a las clínicas para cuidar mejor o al menos aspirar a ello.
3) ¿Para qué vale? ¿Por qué hacerlo?
Enrique sigue preguntando, y para estas preguntas os puedo responder con mi experiencia personal. Yo pensaba que la línea de investigación abierta se iba a continuar (todavía aspiro a ello), y los consejos de uno de los integrantes del Tribunal en la defensa de la Tesis de darle una continuidad “necesaria”, era posible de alcanzar. Aunque luego te encuentras con la realidad y la falta de recursos económicos y de disponibilidad o liberación de tu tiempo profesional para dedicarte a seguir investigando. Lógicamente decides que ya no pones ni un duro más de tu bolsillo, e intentas rodearte de profesionales que les estimule continuar líneas de investigación o abrir nuevas, dentro de ciertos intereses y preferencias similares relacionadas con la investigación. Y a partir de estas valoraciones, se puede pensar que es un esfuerzo descompensado. Pero a esta afirmación os contestaré más adelante.
4) ¿En qué proporción de horas de clínica, investigación o docencia hablamos para una formación sin aplicación?
Realmente considero que un doctor académico no tiene por qué ser un buen investigador o incluso un buen docente, por haber superado este proceso, y estoy en desacuerdo con la idea de una formación sin aplicación como ya os he argumentado en mi primera respuesta sobre el beneficio para la clínica. Además añadiría que nos permite volver a la universidad y apreciar conjuntamente la academia, la investigación y la labor asistencial desde perspectivas que difícilmente alcanzaría sin esta vivencia formativa. Lo que si comparto es la necesidad de pensar que la labor de un doctorado debería ser poder seguir investigando y publicando resultados de investigación. Un amigo me decía “…pero piensa que no debes abandonar la actividad científica que ya iniciaste en su momento, que es lo que realmente tiene valor y es duradero y evaluable…”, y esto es una realidad que me quita el sueño pero que lógicamente precisa de apoyos económicos (financiación), profesionales e institucionales, e incluso si quiero aspirar a poder combinar la docencia universitaria con la actividad asistencial.
5) ¿Debe un doctorado puntuar en la bolsa de empleo único de tu comunidad o ambito asistencial?
La postura de Enrique es que “el doctorado no aporta ninguna habilidad clínica y por tanto no tiene sentido que puntúe” en una bolsa única de empleo. De manera que ante ese argumento de falta de habilidad clínica, es perfectamente comparable a aquellos médicos/as que trabajan en la asistencial, y han hecho el doctorado pero siguen siendo facultativos/as asistenciales, sin ninguna nueva habilidad clínica adquirida con el programa de formación del doctorado, basado fundamentalmente en materias que capacitan para competencias, habilidades y métodos de investigación (tal como ocurre, salvando las distancias, para el programa de doctorado en Enfermería). Es decir, ¿Alguien está cuestionando a los residentes en formación o médicos/as clínicas que inician su formación en el doctorado, que su doctorado no aporta ninguna habilidad clínica a su labor asistencial?
Pues parece que para responder a esta pregunta está la postura de la administración que también comparte la opinión de Enrique y decide que no tiene sentido que puntúe para Enfermería su formación en un doctorado. Me refiero a la información que da a conocer JM Santamaría García (@CheSantaGr) con el enlace a la Resolución de 30 de julio de 2014, de la Dirección General de Recursos Humanos por la que se dictan instrucciones sobre criterios para el nombramiento de personal interino en los centros sanitarios del Servicio Madrileño de Salud. La Comunidad de Madrid respecto al personal Facultativo del Hospital, establece el baremo 0,6 puntos si se tiene el Doctorado con RD 185/1985 o en programa de suficiencia investigadora o con DEA. Y si su nota en el programa de doctorado es de sobresaliente, suma 0,2, pero si además se obstenta el grado de Doctor se sumará 1,2 aunque se añadirá 0,4 si en la defensa de Tesis se ha obtenido la calificación de Sobresaliente Cum Laude. En mi caso, si la Comunidad de Madrid permitiera reconocer a Enfermería el mérito y la capacidad en igualdad de condiciones con otros profesionales la diferencia de baremo respecto a otra enfermera con las mismas competencias clínicas estaría en 0,6+0,2+1,4+0,4.
Pero hay una verdadera diferencia, si eres “Personal de categorías que cuentan con bolsa única centralizada: Las categorías que cuentan con bolsa única centralizada, como son Médicos de Familia y Médicos del SUMMA 112, Médicos Pediatras de Atención Primaria y Enfermeras se deberá tener en cuenta la puntuación que estos aspirantes tengan valorada en la correspondiente bolsa centralizada…” (donde no se puntúa el Título de Doctor en Enfermería o defensa de tu Tesis).
Es decir, como se comentaba en tweets posteriores con @InesNovellonUAH @CheSantGar @Alicia8m2ad el valor clínico de ser Doctor y la disyuntiva que hace que médicos y enfermeras se baremen distinto.
6) Otorgar puntos en bolsa única de empleo ante la titulación de Doctor o Doctor en gestión de recursos…, ¿resulta una “chapuza ibérica”?.
Para Enrique esta posibilidad es un #quererynopoder Pero en mi opinión de enfermera doctora y de las propias enfermeras que defienden que esto sea una realidad, es un reconocimiento al mérito formativo y a la capacidad de enfermeras valoradas en igualdad de condiciones con otros profesionales sanitarios (cuestión que la administración se encarga de no considerar) y un elemento importante de evolución y desarrollo profesional. Para mi la verdadera chapuza es la falta de dinero, apoyos y oportunidades para investigar y que sea la propia administración o gestores o políticos, los que establezcan estas diferencias (discriminatorias) ante baremos puntuales para aspectos formativos adaptados a cada disciplina. Como diría Alicia Negrón (Alicia8m2ad) en respuesta a Enrique, “el doctorado no hace peor clínico y sí demuestra conocimientos… me parece mérito en todo sentido”.
¿Qué opináis de todo esto?, ¿Eres enfermera y quieres hacer el doctorado? ¿Te has planteado algunos de estos aspectos? ¿Si seguimos formándonos es una manera de alcanzar talento y valor profesional? ¿Serán los cuidados aportados a los pacientes de mayor calidad si son impartidos por Doctores en Enfermería? Se dijo en ese debate que este sería un estudio interesante, y a lo que Enrique responde, “…me encantaría ver los resultados de este estudio”, pero mi réplica viene en forma de pregunta, Si las enfermeras Doctoras no deben cuidar, pero si hacer docencia e investigación, ¿para qué hacer el estudio si todas las enfermeras doctoras estarían en la universidad?
(Cuando hablo de enfermeras, me refiero a enfermeras y enfermeros)
Un saludo, y gracias a @castrocloud @InesNovellonUAH @CheSantGar @Alicia8m2ad y muchos otr@s por enriquecer el debate. Nos leemos.
Virginia Salinas
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