Creo que los ciudadanos españoles se olvidan de que el mercado de trabajo es ante todo, un mercado. Un mercado en el que se vende y se compra un producto: el trabajo. Lo venden los trabajadores, en base a su cualificación y a su disponibilidad, a la expectativa que ofrecen al empresario de ayudarle a llevar a cabo sus objetivos empresariales, con calidad y productividad, ayudándole a obtener el beneficio que pretende. Lo compran los empresarios, en función de sus necesidades y de sus objetivos.
Para obvio recordar que los empresarios compran lo que necesitan, y si no confían en poder amoldar el trabajo que van a comprar a sus necesidades variables, se limitan a comprar lo mínimo necesario (y dejan de comprar aquello que temen no necesitar a medio plazo). Y ¿a qué precio lo compran? Pues, como cualquier producto o servicio, lo compran al precio más barato que pueden. Salen al mercado y compran al proveedor que está dispuesto a venderles el producto (el trabajo) al precio más bajo, en las mismas condiciones de calidad del producto.
En España estamos en sufriendo un triple fenómeno: muchos trabajadores sin trabajo, salarios muy bajos en muchos de los puestos de trabajo típicos y gran precariedad de muchos contratos. ¿Por qué es así? Si buscamos la respuesta desde la perspectiva del mercado de trabajo, encontramos lo siguiente: una demanda de puestos de trabajo por parte de las empresas muy disminuida como consecuencia de una gran crisis económica de país; una polarización del mercado en dos extremos enfrentados, en un lado una demanda de determinados puestos cualificados que no encuentra la adecuada oferta de trabajadores cualificados (ingenieros, desarrolladores informáticos, conocedores de idiomas, etc.), en el otro, una enorme diferencia entre las muchísimas personas con baja cualificación frente a una demanda muy debilitada de puestos de baja cualificación como consecuencia principalmente del hundimiento del sector de la construcción y la caída del comercio; y, por último, una rigidez de la contratación fija que hace que los empresarios opten por la contratación eventual.
En suma, creo que es muy útil que los trabajadores piensen en su trabajo como un producto que tienen a la venta. Si quieren encontrar comprador han de hacerlo atractivo y han de buscar posicionarlo en aquella parte del mercado donde tengan menos competencia. ¿Cómo? Formándose en aquello que sea más demandado y adquiriendo experiencia aunque sea a costa de pagar por ello.
Y si usted es un trabajador y cree que es absurdo que no lo contraten o que no lo contraten a un mejor precio, si no entiende por qué los empresarios no aprovechan el chollo que es contratarlo, ¿por qué no se autocontrata creando su propia empresa? ¿Si es un chollo…?