Se ha demostrado que existe una relación muy positiva entre hacer ejercicio físico y mantener los huesos en buen estado, ya que la actividad física hace que la masa ósea siga en buenas condiciones.
Para las mujeres que sufren menopausia el ejercicio físico moderado resulta ser muy beneficioso, no solo por el efecto que antes describíamos sobre los huesos sino porque también ayuda a prevenir problemas cardiovasculares al hacer trabajar el corazón de manera adecuada.
No se recomienda realizar deporte a nivel de alta competición cuando se está en la menopausia y se pretende que el ejercicio ayuda a nuestros huesos y a nuestro corazón. Para este objetivo resultan muy beneficiosos la gimnasia, el tenis, la bicicleta…y también la natación. Si no nos es posible hacerlos podemos optar por caminar como mínimo 3 días a la semana a buen ritmo durante una hora. De hecho, se considera que éste es el mejor ejercicio que existe.
Además del ejercicio es importante que las mujeres que entran en la menopausia dejen de lado posibles malos hábitos que puedan afectar a su salud, como el tabaco (que acelera el proceso de falta de estrógenos) o el alcohol, cuya ingesta regular hace que suba la tensión arterial, el peso y baje a su vez el calcio. Se recomienda aun más en esta época de la vida tomar dos litros de agua al día. También es importante que se mantenga un buen Índice de Masa Corporal,, es decir el peso adecuado para la altura de cada mujer.