Revista Opinión

«Es la hora de una mujer presidenta del Puerto»

Publicado el 25 noviembre 2021 por El Tridente

Caridad Cuyas Jorge, presidenta de Honor de FEDEPORT

La empresaria Caridad Cuyás protagoniza la segunda entrega de la serie de podcast, titulada `Conversaciones Francas´, una novedosa iniciativa impulsada por la Zona Franca de Gran Canaria (ZFGC) en la que personajes que han sido y son  referentes históricos y contemporáneos  del Puerto de La Luz y Las Palmas, hablan del pasado, presente y futuro del universo portuario en un lenguaje ágil, coloquial y, sobre todo, sincero.

Texto: Sebastián Quintana

«Es la hora de una mujer presidenta del Puerto»

Caridad Cuyás, precursora, siempre combinó con exquisito equilibrio la delicadeza propia de la mujer con la convicción y decisión de quien sabe dónde está y, sobre todo, a dónde va.

Actualmente es presidenta de Honor de FEDEPORT (Federación de Empresas del Puerto) y la historia reciente del Puerto de la Luz pasa por su trayectoria, como la vida del puerto es más vida con la estela evolutiva que siempre imprimió en los muelles de sus pasajes vitales/profesionales.

Cuyas nos abre sus puertas pretéritas mostrando su agradecimiento a Zona Franca de Gran Canaria… “porque la vi nacer”…Ya jubilada (solo oficialmente) admite que “cada día salgo a la avenida marítima para ver mis barcos. Es mi segunda casa y es una satisfacción ver ese escenario”.

Su atraque en el Puerto fue en el año 1980. Desde entonces, “nunca me separé. Es imposible! Y el hecho de ser presidenta honorífica de FEDEPORT es un estímulo comprobar cómo avanza nuestro puerto”.

Fundida en el mar, así se siente… “el mar para mí es muy importante”. Caridad representa la quinta generación de la saga Cuyás, junto a su abuelo materno José Jorge García, apoderado de la Casa Elder, para concluir en el presente “con mi hijo, actual director de Hamilton y Cía.”.

“Si yo no sé nada del Puerto”

Fue su hermano Javier quien le propuso entrar en el Puerto. Le dije “Si yo no sé nada del Puerto”. Tras la muerte de su hermano, asumió la máxima responsabilidad de la consignataria. “Gran amigo, trabajador, simpático con chispa pero, sobre todo, un gran hermano aún siendo él el benjamín de la familia y yo la primogénita”… Así define a su hermano con evidente nostalgia.

Sobre la conciliación trabajo-familia expresa que en los principios “me sentí impotente afrontar las responsabilidades de la empresa. Fue mi marido quien me apoyó desde el primer momento”.

Con indisimulada familiaridad, menta a su padre como “papá, que  era agente de aduanas y posteriormente trabajó en la Casa Elder”. Falleció con 56 años, “en la flor de su vida… Mis últimos recuerdos son ir con él a visitar los buques de Navicasa, donde era el director,  y me enseñó, desde joven, cómo se estibaba un barco. Él me transmitió esa atracción por el puerto y su universo”.

Los estibadores, mis grandes amigos

Reitera, sin debilidad alguna, que “yo quiero al Puerto. Ese es mi gran activo y por eso estoy y estaré aquí “.

Respecto al papel de los estibadores de nuestro puerto, Caridad los define como “mis grandes amigos. Antes se les llamaba portuarios y mis recuerdos son de profunda admiración y cariño”.

“En el año 2000, – prosigue- recuerdo, veía el trabajo de los estibadores desde la ventana de mi oficina y cuando descargaban las bobinas salía corriendo para pedirles que tuvieran cuidado. Ellos siempre me respetaron, pero yo los respetaba más todavía”. Admite que “hemos tenido nuestros más y nuestros menos en los momentos de negociación, pero nunca escatimaron horas para descargar un barco”.

El hecho de ser mujer nunca menoscabó su papel de jefa en un ambiente de hombres. “Las cosas se solucionan con diálogo y respeto”. No duda en afirmar que era duro, “pero el respeto lo solucionaba todo”.

“Aquella mesa enorme me pareció eterna”

El momento más importante  de la entonces incipiente trayectoria,  se suscitó la primera vez que asistía a una reunión de consignatarios. “¡Una mujer en una sala de juntas llena de hombres! Aquella mesa enorme me pareció eterna… Entré muy tímidamente y saludé a don Armando Bordes, presidente por entonces… Solo había una silla vacía, era la mía. Me temblaban las piernas… Me sentía una alumna que se enfrentaba al examen ante un tribunal”… (sonríe)

…“En un instante de esa reunión, don Armando Bordes se dirige a mi y me pide ante todos que le dé mi opinión sobre un conflicto que se había suscitado con los portuarios. Respondí que lo sentía, pero no tenía argumentos sobre el tema,  porque acababa de entrar en aquella sala”.

Ese día fue la primera vez que constaba en acta que una mujer, Caridad Cuyas, asistía a una cumbre de consignatarios del Puerto de La Luz y Las Palmas. “Eso es histórico y, fíjese, la vida acabó llevándome a ser la presidenta”…

En ese tiempo Caridad era consciente de que la mujer era invisible en el ámbito portuario. “Fue por ello que decidí dar un paso hacia adelante para darme a conocer más, como mujer”. Con cierto ímpetu afirma que “esta ciudad sin el Puerto no sería lo que es. Gracias al Puerto comemos, vivimos”.

Una mujer, presidenta de la Autoridad Portuaria

Prosigue Caridad Cuyás rememorando el principio de su vínculo con el Puerto…”En esos inicios estaba yo sola. Hoy por hoy ya contamos con un plantel importante de mujeres asumiendo cargos de responsabilidad, sobre todo en empresas familiares, como me inicié yo misma”.

Y va más allá… “Le he pedido al Señor que me dé vida para ser testigo de ver a una mujer siendo la presidenta de la Autoridad Portuaria… por qué no”.

Enumera los presidentes comenzando por Rafael Vittini (presidente no ejecutivo), Barreto, Anastasio Travieso (“un gran presidente”), Luis Hernández… (“que voy a decir de él… gran amigo”)…  Arnáiz, Mayoral (“gran persona”), Sánchez Simón y Luis Ibarra, “persona excelente, gran conocedor de este puerto” y, entre medio, Cardona… “por qué no una mujer ahora… Abogo por eso!”

Aprovecho para lanzar un mensaje al Gobierno de Canarias para que designe a una mujer como próxima presidenta de la Autoridad Portuaria.

Aeport, primera asociación española de empresarias del puerto

En 2005 se crea Aeport (Asociación de Empresarias del Puerto), “periodo que fue una experiencia magnífica. Era la primera asociación de todo el territorio español de empresarias del puerto.

Esa es la razón por la que “apuesto por la formación de la mujer, por su reciclaje y evolución profesional”. Uno de sus proyectos iniciales fue crear una guardaría para los hijos e hijas de todos los trabajadores del Puerto, así como el primer curso de formación de carretilleras. Se hizo el curso, pero posteriormente nadie las contrató: “Fue una gran pena”, admite.

Cuyás no oculta su emoción e intención al relatar la siguiente anécdota sucedida en la década de los 90: “Fui a un puerto de Finlandia donde estibaban bobina de papel de cuatro toneladas. Era un envío a Japón. De repente, los carretilleros me ven a mi, a una mujer,  manejando la carretilla cargando las bobinas. Al percatarme de cómo me miraban asombrados, me dije: esto no puede seguir así”…

“Nunca fui una persona de dar un grito”

En 1997, Caridad Cuyas recibe el Premio al Trabajo Personal por parte de la Autoridad Portuaria como primera fémina galardonada con este reconocimiento, acto celebrado en el Gabinete Literario en tiempos que presidía Luis Hernández. “Agradezco muchísimo ese reconocimiento”.

Caridad vuelve a abrir su rumbo interior… “En todos estos años ha habido luces y sombras,  tristezas y alegrías… me he encontrado con mucha gente buena… también con otras, no tanto”…

Confiesa que antes de comparecer en esta entrevista desempolvó recuerdos en forma de fotografías, escritos, artículos periodísticos, etc… “Reviví tantos momentos que me he vuelto a emocionar esta misma mañana”…

Nunca fui una persona de dar un grito, de dar un puñetazo en la mesa o una palabra mal sonante. Así no se arreglan las cosas… Mamá y papá han sido mi referencia y mi luz… y ese carácter lo heredé de ellos… Aquí vale lo mismo un hombre que una mujer, siempre que estén bien e igualmente formados.

La parte gris: El pecado, no el pecador

Desde la otra vertiente, desde el lado más gris de sus vivencias profesionales, Caridad Cuyás tiene perfectamente claro cuál fue el peor momento experimentado (esboza una amplia sonrisa de suspense)… Confiesa el pecado, no el pecador…“Tengo muy clara esa situación y cuando lo veo se lo digo a la cara… Me hizo una gran trastada y hasta llorando se lo sigo diciendo. A pesar de ello, lo sigo queriendo porque estuvo a mi lado mucho tiempo… La diferencia está en respetar a la persona, pero no pisarla y comunicarlo a priori sin me vas a causar daño”.

Auge y crecimiento de la Zona Franca de Gran Canaria

En torno al nacimiento de la Zona Franca de Gran Canaria, refiere a Luis Hernández como impulsor. Son gratos los recuerdos que tengo de esta casa y estoy convencida que esta Zona Franca, en no mucho tiempo, tendrá un auge en su crecimiento y consolidación como ya lo estoy apreciando de forma evidente”.

Las expectativas que describe del devenir del Puerto son muy positivas y esperanzadoras. “Infraestructuras mejores, empresarios más y mejor  formados”… Por último y a modo de broche final, Caridad Cuyás apuesta por la paridad en los órganos directivos del Puerto de La Luz y Las Palmas. “Hoy, por fin, la mujer tiene un gran aliado: su marido o pareja. Antes no existía ese vínculo, aunque en mi caso particular mi marido sí que fue mi gran aliado”.

Puedes escuchar la entrevista completa en Spotify:

Si quieres saber más sobre el Consorcio de la Zona Franca de Gran Canaria puedes encontrar información en
https://www.zonafranca.org
o enviar un correo a [email protected]
Créditos:
Music: Driftmaster by Shane Ivers – https://www.silvermansound.com
Es una producción creativa de:
https://www.worldmedia.es/

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