Trabajo para una Empresa donde el comentario de pasillo afirma lo siguiente: “aquí los buenos y los malos se van. Sólo quedamos los peores”.
Ellos lo dicen en tono de broma, pero la verdad es que aciertan bastante, gran parte de los fallos que cometen no son de actitud, de motivación o ganas. Simplemente, falla la profesionalidad, y en demasiados casos, falla la cabeza que debería soportar esa profesionalidad. Y es que como dice la sentencia: “Lo que Dios no da, Salamanca no presta”. O, menos culta pero igual de descriptiva: “enjabonar en cabeza de burro negro, es perder el jabón y perder el tiempo”.
Y aquí vienen las grandes preguntas ¿son malos seleccionando? ¿O es que están metidos en el círculo de la mediocridad?
En Economía se sabe que la moneda mala expulsa siempre a la buena del mercado. En las empresas sucede lo mismo. Si permites que un incompetente permanezca, o peor, que ocupe cargos de poder, ese incompetente expulsará del sistema a los válidos, los quemará, los denigrará, los aburrirá. Desacreditará a la Dirección, que permite que “circule la moneda mala”, y hasta ver a los capaces que en ese entorno no tienen futuro. Y como son capaces, se van.
La selección es la “boca” que alimenta la Organización. Si falla, esta, a medio plazo, se intoxica. Pocos puestos hay mas importantes en una empresa, porque quien dirige la función, esta condicionando y determinando el futuro. No solo porque introduzca personas de escasa valía. También, e igual de importante, porque los incompetentes son malos para trabajar, pero no para pegarse como lapas a la empresa y lograr sobrevivir sea como sea. Y entonces se inicia el círculo de la mediocridad. Que acaba con todo.