Revista Religión
Es natural que al escuchar las campanas
y al alba tocar diana,
ya no me pueda aguantar
es natural que me vista de alamares
y cuando mi Virgen sale
yo me harte de llorar.
Es natural que le cante sevillanas,
desde que abre la mañana
y hasta que no pueda más.
Y es natural que camino de su Ermita
de tanto gritar ¡bonita!
ni siquiera pueda hablar,
y es natural que a mi Pastora Divina
se le rece y grite viva
sin diferencia ni edad
es natural, es natural, es natural.
Es natural que el que nace Pastoreño,
solamente ponga empeño
en poderla venerar.
Es natural que le guste los tambores
y el aroma de las flores
al paso de su hermandad.
Y es natural que su cuerpo se estremezca
cuando esté mirando cerca
a su Reina sin igual.
Es natural es natural, es natural.
Es natural que me guste con sombrero
o tocada con un velo,
a mi eso me da igual.
Y es la verdad, que yo la quiera en mi vida
a la Pastora Divina, de una forma natural.
Y me da igual que esté en su Risco en la iglesia
o en su carreta de Reina, junto a Ella quiero estar,
solo al pensar que yo no pudiera verla,
mi cuerpo y mi alma tiembla
porque eso no es natural,
No es natural, no es natural, no es natural.
Antonio Portillo Daza.