Han llegado las navidades, unos días para muchos especiales. Este año estoy algo apática con respecto a las fiestas.
Mientras hemos estado en el hospital la única preocupación de algunas personas era que nos dieran el alta para Nochebuena, y honestamente a mi me daba igual. Lo realmente malo no es pasar la noche de Nochebuena en un hospital, sino estar enfermo. En estos momentos no veo nada más que a mi hijo y su bienestar, será por eso que este año me importa un bledo la noche festiva y demás parafernalias. No es que sea muy amante de estas fechas, soy de la opinión que no hace falta una noche concreta para reunirse con los que más quieres. Es más, a veces estas fiestas se convierten en imposiciones, cenas de apariencia y malas caras.
Recuerdo que el año pasado leí que en la noche de Nochebuena hay muchísimas peleas familiares y demás consecuencias nefastas. Ahí queda eso, para la reflexión.
Pero mi niño espera ansioso la llegada de Papá Noel y un enorme scalextric de Cars 2, con Rayo Mcqueen a la cabeza, seguido de Francesco Bernoulli (esto para quienes hayan visto la película ;P).
Y por si las moscas, por si no se encuentra bien para enero, los Reyes Magos, muy majos ellos, han decidido entregar a Papá Noel algún regalo más.
Por lo pronto esta tarde hemos hecho acopio de polvorones, roscos de vino, marquesitas, mazapanes, ¡¡qué rico todo!!.
Os deseo de corazón una Feliz Navidad.