Nota original: http://entremujeres.clarin.com/hogar-y-familia/hijos/crianza-limites-chirlo-escuela-taller-padres-hijos-porta_mal-llora-grita_0_1306069480.html
Escuelas para padres: crece la tendencia de estudiar cómo se cría a un hijo
“No hace caso”, “se porta mal”, “no respeta los límites”… Para las mamás y papás que piensan que ya lo probaron todo, surgen los talleres de crianza. Una realidad mundial que se afianza en Argentina.
cuelas para padres, talleres de crianza, grupos de entrenamiento para madres… Con distintos títulos y orientaciones, cada vez más instituciones de Argentina y el mundo ofrecen servicios para aprender a criar a los hijos. El último en sumarse fue el Instituto de Neurociencias Cognitivas (INECO), con un taller a cargo de la doctora Ana Beraudi, especialista en psiquiatría infanto-juvenil. Hablamos con ella sobre este peculiar recurso para mamás y papás desesperados.
¿Por qué es necesario ir a una “escuela para padres”? ¿Acaso no es algo que se sabe en forma innata o que se aprende sobre la marcha, en forma autodidacta?
Las habilidades parentales aparecen cuando uno tiene hijos. Existen predisposiciones en el organismo que se activan en el momento del nacimiento. Sin embargo, en la actualidad se presentan ciertas dificultades en la crianza de nuestros niños por la extrema estimulación que ellos reciben y por las condiciones del mundo actual. A veces, incluso, hay padres que se sienten sobrepasados y no saben cómo actuar ante ciertas situaciones.
¿Cuántos padres van a este tipo de talleres? ¿La cantidad de inscriptos o interesados va en aumento?
Es la primera vez que dictamos este taller a raíz de reiteradas consultas y demanda de los padres por este tema. Hay muchos interesados de todo el país.
¿Por qué creen que hay tantos interesados?
Los niños con conductas disreguladas o disruptivas suelen ser una gran preocupación para los padres, quienes sistemáticamente se replantean si están siendo buenos conductores de la crianza de su hijo, dónde es que se equivocan y qué deberían modificar. En una sociedad donde todo es medición de resultados para estimar si uno ejerce adecuadamente o no su rol, tener hijos de estas características pone en jaque la función de los padres cotidianamente. Entonces, se acercan a estos grupos para llevarse sugerencias concretas de manejo en aquellas situaciones donde sienten que todo su arsenal de estrategias de educación y contención hace agua.
¿Este tipo de talleres son comunes en el mundo?
Los talleres de crianza o manejo de conductas desreguladas en los niños son una tendencia en muchos lugares del mundo. Se prioriza, en primera instancia, dotar de herramientas al adulto. Luego, si la edad del niño lo amerita, se incluyen estrategias de autocontrol y auto integración en el pequeño. Existen innumerables publicaciones en el mundo que avalan este tipo de intervenciones. Por ejemplo, en Estados Unidos son provenientes de grupos de trabajo en Boston, California y Pittsburgh, y han demostrado que son efectivos.
¿Se puede decir que es una tendencia, algo que va en aumento?
Podríamos decir que es una tendencia realmente creciente. Esto tiene que ver con que los tiempos de los padres son más escasos y los niños tienen un nivel de sobrestimulación que, a veces, supera sus necesidades evolutivas. Además, la tendencia de consensuar todo en la crianza genera la falsa idea en los niños que pueden decidir sobre temas que no deberían consultarse ni consensuarse.
Metámonos un poco dentro de las casas… ¿Cuáles son los mayores problemas de conducta que tienen los chicos?
Actualmente sabemos que los niños padecen los mismos trastornos que los adultos. Sin embargo, debido a las diferencias de la edad, su modalidad de expresión es más de tipo disregulada o disruptiva. En muchas ocasiones esta conducta es la punta visible de otro tipo de patologías: un trastorno sensorial, un trastorno de la expresión del lenguaje, dificultades en la interacción familiar, situaciones traumáticas, dificultades de comprensión, déficit de atención, trastornos de ansiedad o trastornos del ánimo.
¿Cómo y cuándo sugieren poner límites? A muchos padres les cuesta decir “no” a sus hijos. ¿En qué casos hay que decirlo… Y mantenerlo?
Las situaciones en las que se deben poner límites son aquellas en las que el niño corre riesgo, aquellas en las que quiere lastimarse o lastimar a otros y aquellas en las que no respeta las normas. También es sumamente necesario poner límites en las situaciones de desborde, cuando no se respetan las normas y queremos que las incorporen, y cuando no saben cuál es su límite en cuanto a lo que quieren o pueden hacer. Lo importante es garantizar la seguridad del niño.
¿Cuál es la forma correcta de poner esos límites?
Los límites deben ser claros y específicos, estar ajustados a la edad y el desarrollo evolutivo del niño. Deben ser razonables, comprobables y fáciles de cumplir. También tienen que ser cortos y con su enunciado en positivo. Al poner límites, siempre hay que tener coherencia y constancia.
Últimamente se está hablando mucho sobre los “chirlos“. La reforma del Código Civil los prohíbe, sin embargo es una práctica que sigue vigente. ¿Hay casos en los que se justifique el castigo físico?
Los “chirlos” o castigos físicos no son una opción bajo ningún punto de vista. Los padres que los utilizan están cometiendo un grave error. La gran desventaja que tiene este método es que, aunque frena el mal comportamiento por un tiempo, no le enseña al niño a cambiar su conducta. Disciplinar consta de enseñarle al pequeño a escoger buenos comportamientos. El castigo físico se hace menos efectivo con el tiempo y puede hacer que el niño se comporte de manera agresiva. Otros métodos de castigo son preferibles.
¿Tu hijo se porta mal? Algunos consejos
Cuando nuestro pequeño llora o se irrita, y no encontramos forma de calmarlo, podemos seguir estas sugerencias de la doctora Beraudi:
* Lo que tenemos que hacer es contener al chico. Eso es lo que necesita al estar invadido por el miedo, el enojo o por un desborde emocional.
* Luego de pasada la crisis (ya que durante el transcurso de la misma no puede escucharnos), hay que hablarle con calma. Debemos ayudarlo a identificar qué es lo que siente, para que pueda poner en palabras sus sentimientos.
* Durante el berrinche podemos sostenerlo y abrazarlo con fuerza, darle tiempo para que se tranquilice y decirle que no vamos a permitir que se lastime o que nos lastime.
* A los nenes más chiquitos es necesario ayudarlos a entender lo que sienten a través de las palabras: ¿Tenés miedo? ¿Tenés sueño? ¿Estás enojado?
* Es necesario tratar de decodificar qué le está pasando al nene y luego ponerlo en palabras. Pensar: ¿qué pasó antes del berrinche? ¿Qué nos está queriendo decir? ¿Qué necesita?
Y vos… ¿Irías a una escuela para padres? ¿Pensás que la crianza es algo que se debe estudiar o lo aprendiste por tu cuenta, en forma autodidacta? Abrimos el debate.