Es una cuestión que merece ser debatida.
Desde luego, creo que habrá poco debate si se plantea la necesidad de la publicidad para introducir nuevos productos al mercado, o al menos para acelerar su conocimiento por los compradores potenciales. Por ejemplo, un nuevo modelo de coche.
Pero si se trata de mantener un producto, una marca, en el mercado, ¿es imprescindible?
Hay empresas de enorme éxito que están demostrando que no lo es. Google o Inditex (Zara) no inviertan apenas en publicidad. Basan su acceso a su mercado potencial en otras vías. Vías que quizás puedan calificarse de publicidad, pero no de publicidad al uso (mensajes emitidos a través de los medios clásicos de comunicación).
¿Qué es lo que hacen estas empresas ajenas a la publicidad clásica? Algo muy sencillo y muy importante: escuchar a sus clientes, y darles lo que les piden con la máxima rapidez y agilidad. Hoy en día hay quien afirma que el servicio al cliente es el nuevo marketing.
Personalmente siempre he defendido que no hay mejor marketing que el que se deriva de escuchar e interpretar al cliente y darle lo que quiere, cubriendo y a ser posible superando sus expectativas. El cliente, nuestro cliente, es el mejor consultor de marketing, el mejor promotor, el mejor vendedor. Lo que hayamos de gastar en publicidad haremos mejor en gastarlo en servir a nuestro cliente bien.
¿Quién puede saber mejor lo que quieren nuestro cliente que él mismo? ¿Quien puede ser nuestro mejor vendedor que quien es nuestro mejor comprador?