Revista Cultura y Ocio
Porque es finito y, como tal, experimenta crecimientos y decrecimientos.
Porque si pueden alcanzarse los fines de un ser racional, sufrir es preferible a no existir. Y si no pueden alcanzarse, sufrir es poco más que un espasmo moralmente indiferente.
Porque, ya que al hombre no le ha sido dado permanecer siempre en acto e igual a sí, padecer es una consecuencia inevitable de la concatenación de causas y efectos, de manera que si quisiera rechazar una parte de la misma se vería obligado a renunciar al todo.
Por su culpa pasada, presente o futura.
Para dar ejemplo de virtud. Así como el respeto precisa que nos incomodemos ante los demás, la virtud exige que nos incomodemos ante nosotros mismos.
Porque no todo en el hombre es bueno y lo peor debe sacrificarse a lo mejor, como sucede con los metales impuros.
Por su opinión errónea de que el sufrimiento y la pérdida son males, y el placer y la ganancia bienes.
Por su ignorancia de la providencia, o su desconfianza hacia ella.
Por amor a la vida eterna, que se labra en el desprecio de la temporal.