La llegada de un nuevo bebé a casa marca muchos cambios para los padres y, sin duda, también para los hermanos.
Los celos son universales. Incluso podríamos decir que inherentes al ser humano y, por tanto, no podemos evitarlos. El hijo mayor, que gozaba del privilegio de tener toda la atención, los cuidados, el tiempo y el espacio para él ahora debe compartirlo con un recién llegado.
No es que sea malo, débil, defectuoso o bicho raro: la llegada de un hermano a escena significa que le quitará tiempo con mamá y papá (sobre todo al principio).
Detrás de los celos está la competencia por el amor de los padres
Partiendo de este punto podremos comprender que los niños se sientan en muchos momentos desplazados, tristes y decepcionados. Y por este motivo querrán mostrar su enfado hacia el bebé recién llegado y hacia sus padres (o especialmente hacia las madres). Los celos acaban desapareciendo si somos capaces de acompañar a nuestros hijos en un tiempo que puede durar más o menos, permitiendo que puedan expresarlos y ayudándolos a saber qué hacer con todo esto que se presenta con la llegada de un hermanito.
- ¿De qué manera pueden mostrar los celos?
Los celos pueden aparecer de diversas maneras. Algunas muy evidentes y directas como “¿Ya podemos devolverlo?” o “No me gusta este bebé”, agresivas como meterle al precioso bebé un juguete en la boca o el dedo en la garganta, “amorosas” como abrazarlo hasta casi asfixiarlo, desobedecer a mamá o decir constantemente que no, tener rabietas, insultar o pegar a los padres (o también a los niños en el parque o en la guardería)…
Otra forma habitual es que el hermano mayor “retroceda” en ciertos aprendizajes que ya había conseguido y “de repente” empiece a hacerse caca o pis, vuelva a pedir el chupete, quiera usar un biberón o hable como un bebé, entre otras.
La variedad de respuestas es tal que en muchas ocasiones los padres podemos pasar por alto que se trata de los celos por el nuevo hermanito que nos tiene robado el corazón.
- ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a sobrellevar los celos?
Si entendemos que la llegada de un nuevo hermanito provoca enfado, irritación e inquietud en los niños podemos comprender que tienen derecho a “patalear” y reivindicar que siguen aquí y desean nuestra atención. Por nuestra parte es importante que podamos mostrar que, lejos de castigarlos, seguiremos queriéndoles a pesar de tener celos Y, a la vez no es necesario que se muestren así para que obtengan nuestra atención.
Incluso cuando pensemos que son demasiado pequeños y que no comprenden, dialogar sobre lo que le ocurre favorece que puedan tomar conciencia de por qué se sienten tan irritables o molestos. Cuando nuestros hijos ya hablan es importante reservar un momento a solas para que puedan expresar estos sentimientos. Les estaremos ayudando a disminuir su malestar, a poner palabras a eso que les inquieta y mostrando que además estamos ahí para ayudarles.
- ¿Es posible que en lugar de ayudar lo esté complicando?
En muchas ocasiones, nuestro propio miedo a cómo enfrentar esta nueva situación nos lleva a hacer o decir cosas que no sólo no ayudan sino que empeoran los celos y las reacciones de los hermanos. No se trata de culparse ni de arrepentirse sino de tomar nota de ciertas cosas que podemos evitar.
– No hacer caso al más pequeño para que no note ninguna diferencia
– Hacer todo exactamente igual para ambos hermanos. (Es importante que cada uno pueda tener una identidad propia, saber que cada uno tiene un lugar y que se mantiene la individualidad)
– Las comparaciones: “tu eras más revoltoso”, “tu hermano ha empezado antes que tú…” Cada niño es diferente y aun siendo hermanos tendrán ritmos muy distintos.
– Darle la razón siempre al mismo
– Ser muy rígidos con las regresiones que pueda tener (chuparse el dedo, hacerse pis,…)
– Regañarle muy a menudo
- ¿Puedo prepararlo de alguna forma?
Así como hemos dicho que los celos es inevitable que aparezcan, sí podemos adelantarnos unos cuantos pasos antes de la llegada del hermanito. Durante el embarazo es importante hacer partícipe al hermano mayor de todo el proceso: desde darle la noticia con claridad, ir a hacer algunas compras, ver las ecografías, o dejarle que toque la barriga y sienta a su hermanito. Tras el nacimiento habrá muchos factores que se verán alterados pero en la medida de lo posible será más llevadero para el mayor que se mantengan sus costumbres, sus lugares (habitación, juegos…). Haciendo hincapié que aunque no podamos estar a su disposición todo lo que quiera o cada vez que lo desee no perderá el lugar en la familia
Siete formas que ayudan a llevar mejor los celos
- Reconocer los celos de nuestros hijos
- Darles la oportunidad de expresar su enfado
- Pedir ayuda al hermano mayor, por pequeña que sea (traer un pañal, un juguete,…)
- Tolerar las regresiones
- No exigir que los hermanos se quieran desde el primer día
- Propiciar que puedan entablar una relación más allá de los padres
- Consultar con un especialista si en algún momento se considera necesario