Revista Arquitectura

¿Es posible la convivencia?

Por Arkitiriteros

Marcos Villapún · Vitoria
Hoy me despierto con ganas de hacer una pequeña reflexión en torno al absurdo, más absurdo, que se ha dado últimamente en mi ciudad. Vivo aquí desde que nací, siempre me había parecido una ciudad tolerante para con los otros, una pequeña ciudad o un pueblo grande donde vivir con cierta comodidad, Vitoria-Gasteiz. Fue “grey capital” en el 2013, y este año resulta que es la capital gastronómica de no sé donde, porque realmente no hay tanta tradición culinaria como para merecer éste reconocimiento, pero así es, para sorpresa de propios y ajenos.
¿Es posible la convivencia?El absurdo nació con la extrapolación a Vitoria de algo que ya sucedía con cierta normalidad en otras grandes ciudades europeas, el uso de la bicicleta como medio de transporte. Resulta que aquí, no se puede hacer como en Berlín, París o Roma, resulta que aquí, es necesario regularlo. Vivimos en el país de las ordenanzas, de los decretos, de la normativa, de la necesidad imperiosa de poner barreras y límites hasta lo inimaginable.
Hace no mucho tiempo, Vitoria, y por extensión Álava (la provincia de la que es capital); buscaba la manera de ofrecer una diversidad de itinerarios rurales para el disfrute del entorno y del medio ambiente. Así pues, se realizaron adecuaciones tan sorprendentes y útiles como la conversión del antiguo trazado del tren vasco-navarro en vía “verde”, de interés general.

¿Es posible la convivencia?

Vía Verde _ tren vasco-navarro _ imagen de internet

O el recorrido por el cual, partiendo desde el centro de la ciudad, se puede dar la vuelta completa al embalse de Ullíbarri sin necesidad de utilizar ninguna carretera. Todo parecía que iba por el buen camino, que se podía conseguir de manera real, era factible, íbamos a empezar a utilizar la bici como medio de transporte, empezábamos a estar concienciados de ello, y de repente…

¿Es posible la convivencia?

Vía verde _ embalse de Ullibarri _ imagen de internet

De repente nos encontramos con que es imposible la convivencia entre peatones y ciclistas, por lo que el ayuntamiento, con sus máximos responsables a la cabeza, aprueba una nueva regulación en la que se expresa de forma directa la imposibilidad de dicha convivencia.
Ahora nos encontramos en un momento, en el que con la normativa en vigor, es imposible circular por el centro de la ciudad en unos periodos y horarios establecidos. Si, resulta sorprendente, o al menos a mí, me sorprende. Se ha cerrado el centro de la ciudad al tráfico de ciclistas. ¿Sorprendente verdad? La normativa regula de forma exhaustiva cómo y cuándo pueden los ciclistas circular, y por si esta norma fuese poco concreta, se definen abiertamente y sin ningún tipo de pudor, las vías por las que circular si eres ciclista.

¿Es posible la convivencia?

Calles del centro de Vitoria por las que no se puede circular


¿Es posible la convivencia?

Regulación

¿Es posible la convivencia?

Normativa

Vengo a decir con ésto, que durante los últimos años se está llevando a cabo un plan de movilidad que resulta ser de todo menos coherente.
http://bcnecologia.net/es/proyectos/plan-de-movilidad-y-espacio-publico-de-vitoria-gasteiz
http://www.vitoria-gasteiz.org/we001/was/we001Action.do?idioma=es&aplicacion=wb021&tabla=contenido&uid=1040577b_11ad7b633e2__7fc9
Todo esto surge por la incompetencia de nuestros políticos de llevar a cabo su labor de forma coherente. Igual de injusto hubiese sido prohibir el uso de la bicicleta en toda la ciudad, pero al menos resultaría eficaz de cara a la opinión. Está claro que no sería una medida populista, pero se evitarían dudas, se aclararía el concepto, se estaría defendiendo a capa y espada al peatón. Que al fin y al cabo, es el objetivo (si no lo fuese…).
Resulta complicado entender, al menos para una mente tan limitada como la mía, que la convivencia sea difícil. Si somos capaces de convivir con el automóvil, que viene a ser el peligro número uno del peatón, ¿como puede ser que un ciclista moleste tanto como para tomarse todas estas molestias? El resultado es el que conocemos, una normativa que tiene que ser difundida para la compresión de todos los ciudadanos, que conlleva gastos innecesarios y que realmente es un absurdo.
Si convivo con animales, con los dueños de los animales, con ancianos que deambulan desorientados, con taxistas voraces al volante, autobuses, policías, motos, coches… ¿cómo puede ser que no seamos capaces de convivir con una bicicleta? Tal vez sea solo cosa mía, tal vez sea yo quien no entienda la verdadera magnitud del conflicto, no lo sé; lo que tengo claro es que esta normativa no hay por donde cogerla, y que al fin y al cabo, convivir en bici, a pie o en coche, debiera ser una aceptación del modelo sostenible que por todos los lados nos quieren inculcar.
Tal vez otro día, dedique unos minutos el empleo del espacio urbano… digo minutos pero supongo que necesitaré horas o días, pero prometo meterme con ello sea una labor ardua o no.

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