Diego Balderas, líder comunista andaluz y vicepresidente del gobierno autonómico, hace recordar la frase de Robert Schuman, uno de los padres de Europa: “Es posible que no haya una persona más honrada que un comunista. Mientras no tiene el poder que después le permite vivir como capitalista”.
Schuman fundó con Adenauer, Monnet y Gasperi lo que hoy es la Unión Europea. Luxemburgués, nacido en 1886, fue también alemán y francés, territorio este último donde falleció en 1963.
Conoció las dos guerras mundiales y, en medio, la revolución soviética: tantos vínculos multinacionales y experiencias aguzaron su ingenio y lo hicieron un sabio.
Cada frase que pronunciaba era una sentencia que debería perdurar como las de Salomón, Platón o Sun Tzu.
Vio cómo la idea supuestamente justa del comunismo degeneraba hasta convertirse en la justificación de decenas de millones de asesinatos para que el aparato de los partidos creara élites cuyo poder les permitía vivir como los más extravagantes multimillonarios capitalistas.
Que es lo mismo que nos lleva al caso Balderas, el comunista que persigue a los bancos porque embargan a quienes no les pagan las hipotecas.
Pero él hizo algo peor para duplicar el tamaño de su vivienda: esperó el embargo del vecino de al lado, al que no quiso comprarle la propiedad por el valor de la deuda, para adquirírsela más barata a la caja de ahorros que se había quedado con el inmueble. Hay documentos publicados en ABC.
Balderas hizo algo natural para quienes, como este cronista, comprobaron la veracidad de la máxima de Schuman al vivir durante años en paraísos comunistas.
Biao Fung, exdirigente maoísta enriquecido en la China del capitalismo manchesteriano actual gallea engolado, exhibiendo su rojísima cresta, que es el carné del Partido, como debería hacer Balderas: “Nosotros somos comunistas, pero no tontos”.
-----
SALAS