A veces las familias de mi alumnado me transmite con mucha angustia que notan que sus jóvenes manifiestan timidez y que no saben cómo ayudarles a que superen esa condición.
Hoy quiero hablarte de qué es la timidez, cuándo podemos considerar que es necesario trabajarla y cómo podemos evitar que nos influya en nuestra vida cotidiana.
1. ¿Qué es la timidez?
La timidez puede estar relacionada con experiencias de vergüenza traumáticas en la infancia, pero también es un rasgo que puede transmitirse dentro de la familia (no sólo biológicamente, si tú transmites inseguridad a tus peques en tu forma de ir por el mundo, lo estás enseñando de manera no explícita).
Sea como fuere, este rasgo está muy relacionado con la inseguridad personal y es por eso que debe trabajarse.
No hay que confundir ser una persona tímida con la introversión o la extroversión. Sobre estos últimos rasgos escribí en este post, por si te interesa. - https://lapinturera.blogspot.com/2022/01/extroversion-o-introversion-conoce.html
2. ¿Cuándo es preocupante?
La timidez, como cualquier otro rasgo, no tiene porqué ser preocupante si no es INCAPACITANTE. En la medida en que yo puedo hacer vida ordinaria (ir a comprar, hacer trabajos en grupo, afrontar una conversación con alguien que no conozco demasiado…) sin perder autonomía, la timidez no debería preocuparme.
Pero en casos contarios en los que no soy capaz de defender mis derechos por no expresarme o no puedo hacer cosas básicas como decía antes (la compra, un trabajo, una conversación…, entonces sí que es algo que podemos ir trabajando.
¡Aunque, ojo! A veces esta timidez puede ser evolutiva: con la madurez personal vamos aprendiendo capacidades y también habilidades sociales y también podemos ir ganando confianza en nuestra persona.
Sea como fuere, ahora te dejo unos consejillos para mejorar la timidez.
3. Algunas pautas.
Vamos a profundizar un poco en las que salen en la imagen.
1. Evita los juicios de valor.
A menudo la falta de seguridad en la propia persona tiene que ver con unos niveles de exigencia muy elevados. Para estar a gusto conmigo, necesito no ser indulgente…pero sí ser tolerante. Te conté más sobre cómo mejorar laautocompasión en este post.
2. Usa la “desensibilización sistemática”
Este concepto es muy de la corriente conductista y hace referencia a cómo vamos sintiendo cada vez menos aversión hacia un estímulo que en el inicio era interpretado como negativo por nosotros. Vamos, lo que viene siendo acostumbrarse.
Para exponerte gradualmente, puedes ir aumentando las situaciones a las que te enfrentes según un nivel de dificultad que tú evalúes (de menor a mayor, obviamente).
3. No tengas miedo a mostrarte vulnerable.
Vivimos en una cultura en la que se entiende de manera muy erróneo lo que es ser “fuerte”. Ser fuerte no es ocultar emociones o no sentir nunca miedo o vergüenza. Ser fuerte es capaz de afrontar situaciones que nos hacen sentir incomodidad y tener la autenticidad, además, de mostrarte así ante los demás.
La práctica de la vulnerabilidad es un tema muy interesante sobre el que seguiré hablando en el blog, pero mientras tanto, te remito a este artículosobre mostrar nuestra sensibilidad en el que abordo un tema parecido.
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