LA RINITIS CRÓNICA
La rinitis crónica se produce por la inflamación de la parte interna de la nariz y tiene diferentes causas. Hay que recordar que la rinitis crónica es una afección muy común y los casos van cada año en aumento (muy probablemente debido a la contaminación atmosférica).
CIRUGÍA COMO REMEDIO A LA RINITIS
Algunas rinitis no alérgicas están provocadas por problemas estructurales de la nariz y pueden solucionarse con una intervención quirúrgica. Esto debe ser la última opción y solo cuando los otros remedios y tratamientos menos invasivos no son efectivos. Los problemas estructurales más comunes en la rinitis son:
- Desviación del tabique nasal.
- Perforación del tabique
- Inflamación de los cornetes nasales
- Pólipos nasales.
El encargado de realizar la operación será un otorrinolaringólogo.
¿CÓMO PUEDO SABER QUE TIPO DE RINITIS TENGO?
Lo primero y más lógico es descartar una rinitis del tipo alérgico; recordemos que una alergia es una respuesta inflamatoria ante una sustancia externa (alérgeno); los alérgenos más comunes que provocan rinitis son:
- Polen.
- Ácaros.
- La caspa animal (perros, gatos, pájaros, caballos, etc.).
- El polvo.
- Humedad (moho).
El tratamiento: inicial de la rinitis se basa en los fármacos, que se pueden administrar directamente en la nariz en forma de spray o lavados o también medicación oral que puede combinar antihistamínicos, corticoides o descongestionantes nasales.
Existen algunos casos en los que los pacientes a pesar de un diagnóstico correcto y la administración de un tratamiento adecuado durante un tiempo suficiente no obtiene beneficios y continúan con síntomas que les impiden la realización de una vida normal. Es en estos casos donde la cirugía tiene un papel fundamental en el tratamiento definitivo de esta patología.
Existen diferentes modalidades quirúrgicas que ofrecen excelentes resultados, algunas de ellas son muy poco agresivas lo cual condiciona que su efecto sea limitado en el tiempo, y otras que exigen algo más de tiempo quirúrgico y tratamiento algo más intenso ofreciendo unos resultados mucho más estables en el tiempo.
Cirugías recomendadas.
1.- Turbinoplastia con Radiofrecuencia.
Se realiza con anestesia local con sedación no profunda mediante un equipamiento especial de radiofrecuencia que induce en el interior del cornete unas cicatrices que lo retraen y evitan el colapso nasal.
Ventajas: sin ingreso ni anestesia general, no precisa taponamiento nasal, muy bajo riesgo de complicaciones por temperatura de inducción muy controlada.
Desventajas: No cubierto por la mayoría de los seguros médicos. Duración limitada del efecto desde un año hasta un máximo de 5 años.
2.- Turbinoplastia con métodos térmicos.
Se inducen las cicatrices mediante Láser CO2 o mediante agujas con electro cauterización.
Ventajas: Sin ingreso ni anestesia general, no precisa taponamiento nasal, bajo riesgo de complicaciones.
Desventajas: Puede inducir cicatrices excesivas si la técnica quirúrgica no se realiza de manera adecuada. Puede producir una pequeña hemorragia que requiera un taponamiento nasal. Duración limitada del efecto desde un año hasta un máximo de 6-8 años.
3.- Turbinoplastia mediante disección fría o motor de aspiración y corte.
En este caso la inducción de cicatrices se realiza con instrumental frío, separando la mucosa y el hueso del cornete para inducir una cicatriz más duradera.
Ventajas: Muy efectiva en mejoría de la respiración nasal. Bajo riesgo de complicaciones por usar solo métodos mecánicos. Efectos permanentes a largo plazo. Puede realizarse durante la realización de otro procedimiento como septoplastias o cirugías endoscópicas.
Desventajas: Precisa anestesia general y taponamiento nasal durante dos a cuatro días.
4.- Turbinoplastia reconstructiva con sección parcial de hueso y mucosa del cornete.
Es la técnica más efectiva, reduciendo el tamaño del cornete y por tanto logrando una desobstrucción muy importante y muy permanente.
Ventajas: Altamente efectiva y su efecto es vitalicio. Bajo riesgo de complicaciones por usar solo métodos mecánicos. Efectos permanentes a largo plazo. Puede realizarse durante la realización de otro procedimiento como septoplastias o cirugías endoscópicas.
Desventajas: Precisa anestesia general y taponamiento nasal durante dos a cuatro días. Aumenta ligeramente el riesgo de sangrado postoperatorio. Precisa de tiempos largos de cicatrización.