La economía del bienestar sin trabajar y de los beneficios sociales para todos no es sostenible. Las arcas públicas lo están sufriendo en toda Europa.
Hay que reducir el tamaño de las administraciones públicas y los costes asociados a la labor empresarial si se quiere sobrevivir en un mundo globalizado, donde los paises compiten unos con otros más que nunca, sea en el sector que sea.
Las empresas deben poder competir en las mismas condiciones que sus competidores, estén estos en China o donde sea.
A las administraciones les toca ser eficientes, y ser más un apoyo que una fiscalización. Integrarse en el tejido social y empresarial con la misma eficiencia que las entidades privadas. Los países que lo han entendido así están al frente de la competitividad mundial. No es un problema de sueldos bajos, es un problema de eficiencia. Por que si no es precisamente Suiza el pais que encabeza el ranking de la competitividad mundial.