Recientemente me he hecho con Thor el poderoso, que no es más que el Marvel Preview nº 10. Una Espada Salvaje de Conan pero genérica, es decir, un comic book tamaño revista en B&N donde cabía casi cualquier cosa. En los 70 ese formato se puso de moda en EE.UU. porque podía albergar historias más adultas (o sea, eróticas y macabras) por lo que Marvel trató de sacar tajada y, aunque no tuvo éxito, como lo petó con la de Conan, no cejó en sacar revistas a pesar de que apenas duraban 2 años. Así, acabó apareciendo por aquellas Thor, no fue la única vez pero la otra no la tengo. Su historia, que se sitúa en la Continuidad poco después del 5º anual del vol. I de la serie de la versión marvelita del dios del trueno vikingo, es una chorradiña escrita sin ningún esfuerzo y ambición por Wein y dibujada por un Starlin totalmente enmascarado tras el trabajo de corrección y tintas de DeZuniga, que es lo único decente de un relato Fantástico de aventuras totalmente lineal y tópico que recuerda mucho a la historia típica de Conan, cosa reforzada por el trabajo del entintador, un habitual de la revista blanquinegra del cimmerio por lo que si uno no se fija mucho puede creerse que está leyendo un nº de la Espada Salvaje de Conan. Afortunadamente le sigue una historia corta de Mantlo. Como no lo sabía ha sido una doble sorpresa agradable ya que no sabía que el cómic incluía una obra de ese guionista ni que es tan notable que humilla a Wein.
Mantlo cuenta una aventura en la Grecia mítica del Hércules marvelita, que tiene que ver más con el del peplum, con el de Reeves, que con el mitológico, por eso es inmortal antes de haber muerto, dinámica y potente que toma episodios de las archiconocidas aventuras de Jasón, el coprotagonista que está para contrastar con el hijo de Zeus y Alcmene y así hacerle destacar más, Perseo y Teseo con bastante imaginación: no hay Minotauro sino una corrida de toros donde lo minoico se mezcla con la caducada Los últimos días de Pompeya y Jasón lleva al Argos a buscar a una Medusa con unos tetones imposibles cortesía de Mayerik (que se acabó reciclando en ilustrador de rol) que habita el Jardín de las Hespérides, que aquí está en una isla análoga a la de Circe o a la de Calipso, para regresar montado en Pegaso, que en la mitología es hijo de la gorgona mortal, con Hércules. Una historia simple, por eso Mantlo no la cuenta de forma lineal, pero como sospechan salvaje. No sólo es por la libertad con la que el guionista trata la mitología griega, es que a Hércules sólo le importa de gloria, como buen héroe heleno, y es muy cínico, no cree en augurios a pesar de ser hijo de un dios, no confía en la razón sino en las armas y odia a los poderosos, todo cosas muy de Conan (personaje al que Mantlo guionizó una vez), y las mujeres son objeto de burla y tratadas de perras. Además, tiene humor del bueno: Hércules [...] en el Olimpo se oyen relatos de leones que vuelan? Sólo cuando Hefesto ha tomado demasiado Néctar! (un dato poco popular es que ese dios era un borrachín) o cuando Jasón porponer en peligro a la princesa Alceste (en castellano es más popular la forma Alcestis, la esposa fiel junto Penélope de la mitología griega que no estuvo relacionada sentimentalmente ni con el hijo de Esón como en el cómic ni con Hércules, pero fue rescatada por este de las mismísimas garras de la Muerte) es condenado a muerte por el real padre de ella: no importa que yo le ame? Por fortuna no! Soy yo quien decide a quién puedes amar!, una absoluta falta de romanticismo, la tradicional pareja de estas historias no es ridiculizada pero el amor es vituperado, y un gran villano, como mandan los cánones un rey viejo y tirano, Kreon, seguramente el traductor ignoraba que en castellano es Creonte, realista y codicioso por lo que no merecía ser burlado. El personaje mitológico más popular con ese nombre es el tío de Edipo, rey de Tebas la de las 7 puertas mientras Hércules crecía allíy padre de la 1ª mujer de este. Aquí lo es de Pylos, en castellano Pilos, el reino del célebre anciano Néstor, el único superviviente real del ataque vengativo que el hijo de Alcmene realizó a aquella ciudad.
La historia la dibuja Mayerik, un tipo torpe con el lápiz aunque no es malo con la anatomía al que el B&N le queda grande, pero como es un narrador eficiente, dibuja a Hércules con barba, más característica que la piel de león o el garrote, y le gustan grandes, se le perdona que sus pentacónteras tengan forma de drakkar. El guión merecía más pero el dibujo es suficiente, su torpeza hace brillar más al guionista y el peplum normalmente es cutre.
Así pues Mantlo, si bien irreconocible, se monta aquí una de romanos típica, machista, interpretación libérrima de la Cultura Clásica y Acción, del tipo Fantástico (con monstruos y tal), que hace especial al quitarle el idealismo propio del género, héroes nobles, mujeres virtuosas, triunfo de la Justicia, villano malvadísimo, amor romántico, exaltación de la familia cuando hay dólares, de forma que es un relato fabuloso y único, hoy nadie se atreve a escribir a un protagonista calificando reiteradamente a las mujeres de perras, que demuestra la libertad que había en los 70, cuando la tiranía beata había muerto por fin y la de lo políticamente correcto aún no había sido impuesta por los biempensantes, que siempre se sienten huérfanos cuando no tienen un tirano. Por tanto es de lamentar que sea breve y que Mantlo, que demuestra unos buenos conocimientos de mitología griega, no frecuentase más el peplum.