Revista Psicología

¿Es un micromachismo o es ser puntillosa?

Por Yolanda Pérez @psicolunablog

MicromachismosUna noticia que he leído esta semana sobre los micromachismos, me ha recordado algo que me sucedió hace unos años, poco tiempo después de habernos mudado a nuestra vivienda actual.

Estaba tranquilamente en casa cuando suena el timbre. Abro la puerta y me encuentro con un hombre de unos cincuenta años, uno de los vecinos.

- ¿Sí?

- Hola, vengo a pedirte que cuando venga el  jefe le digas que a ver cuando le viene bien que hagamos la reunión de la comunidad.

-Ah… ya.

Me dio el recado y siguió su camino. No me dio tiempo a más. Bueno sí. A ponerme de todos los colores cuando cerré la puerta. ¿Jefe???? ¿Jefe de quién?  ¿mi jefe? ¿jefe de la casa, de la comunidad? Sigo sin saberlo pero lo que parecía estar claro es que la reunión de la comunidad era una cosa de hombres.

Ha pasado bastante tiempo desde aquello pero me chocó tanto que es una anécdota que suelo contar en cuanto alguien me da la oportunidad.

 Y lo que más me sorprende no es la anécdota en sí sino las reacciones que me he ido encontrando y que es por lo que realmente la repito.

-… ¡cómo eres! Jefe es una manera de llamar a un hombre cuando no se sabe su nombre, es algo habitual, tampoco es para tanto!, igual tenía algún tema importante que hablar con él….

Son precisamente estas expresiones que me encuentro las que me reafirman en el hecho de que, efectivamente, ese comportamiento que os describo, forma parte de lo que se ha llamado micromachismo (Luis Bonino Mendez 1991), violencia suave o dominación masculina en la vida cotidiana y que no tiene otro objetivo que el de:

  • Perpetúar la diferencia entre géneros, manteniendo la posición de dominancia del hombre y su  supuesta superioridad sobre la mujer.
  • Reafirmar o buscar recuperar dicho dominio ante la mujer que se “rebela” de “su” lugar en el vínculo.
  • Resistirse al aumento de poder personal o interpersonal de la mujer.
  • Explotar el  ”trabajo cuidador” de la mujer.

A veces pasan desapercibidos, otras puede que no te afecten pero si se mantienen, consiguen el objetivo que pretenden.

Yolanda P. Luna


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