El gobierno y los partidos en general ocultan sus fracasos al ciudadano y manipulan la verdad. En estos momentos están ocultando y disimulando su incapacidad para alcanzar acuerdos y cumplir el mandato popular de gobernar. Esgrimen razones falsas y disculpas artificiales para ocultar la cruda verdad de que, dominados por el egoísmo y el ansia de poder, son incapaces de alcanzar alianzas y acuerdos racionales. El interés egoísta por repartirse el botín impide que los constitucionalistas formen una alianza lógica frente a los que no respetan la Constitución o que los que aman a España se unan para cerrar el paso a los que, como los nacionalistas extremos de Cataluña y el País Vasco, quieren romper la nación. Una de las tareas mas urgentes y necesarias en España es revelar las muchas realidades que han sido ocultadas por el poder. Desnudar a España y liberar sus verdades es imprescindible para que los ciudadanos estén correctamente informados y la democracia pueda existir. Con el enorme cúmulo de mentiras y falsedades existente, España solo puede ser un basurero indigno. ---
La verdadera revolución en España hoy consiste en decirle a los ciudadanos las verdades que el poder esconde y que los políticos ocultan para conservar el poder, porque temen perder votos. Los poderosos han antepuesto su poder y sus intereses al bien común y, a pesar de que es una canallada, han ocultado al pueblo las verdades más duras por miedo a perder popularidad, una actitud que les desacredita como líderes.
Para el periodismo honrado, contribuir a que la verdad reluzca es su primer deber porque sólo si el pueblo conoce lo que ocurre podrá tomar las decisiones apropiadas en libertad. El poder, consciente de que el periodista independiente y veraz es su peor enemigo, ha dedicado un esfuerzo enorme en corromper a los periodistas, en asustarlos para que practiquen la autocensura y en sellar alianzas de hierro con los dueños de los medios para que las grandes verdades que hacen daño al poder permanezcan ocultas.
La primera verdad que hay que desempolvar y revelar es que se le están arrebatando al pueblo derechos y ventajas que habian sido conquistadas y que también se les está quitando riqueza que en parte la acumulan los más ricos y en parte la administran los políticos, que cada día disfrutan de más privilegios, poderes y dineros.
La segunda es que de la crisis se está saliendo con las alforjas cargadas de dramas y amenazas: con un endeudamiento terrible, creando puestos de trabajo precarios y con un empobrecimiento sobrecogedor de las clases humildes, hasta el punto de que tener trabajo ya no significa en España poder comer y mantener a una familia con decencia.
Otra verdad cuidadosamente silenciada es que España no es una democracia porque el sistema incumple todas y cada una de las reglas de ese sistema. Otra es que es que el país está corrompido hasta la médula y que el foco principal de corrupción es, precisamente, el poder político. También se ha ocultado que la mentira se ha instaurado como política de gobierno y que los ciudadanos han sido engañados y manipulados de forma reiterada e indecente, durante las últimas décadas. Otra de las verdades que debe airearse es que la Transición fue un fraude y que entonces no se quiso instaurar una democracia sino una partitocracia donde el poder no residía en la ciudadanía, como se dice, sino en unos partidos políticos que carecen de controles y cuyos líderes son prácticamente impunes e inmunes.
Pero hay muchas más verdades ocultas que necesitan salir a la luz para que España pueda iniciar su ruta hacia la regeneración:
Los partidos políticos y sus líderes están cargados de oprobio y de delitos acumulados, consecuencia de su arrogancia y de que el sistema les permite disfrutar de fueros y privilegios que en el pasado nunca tuvieron los sectores más privilegiados, ni la nobleza, ni el clero, ni la milicia. Los partidos, en España, acumulan cada día más poder, un poder que en democracia corresponde al ciudadano y al imperio de la ley, dos víctimas del sistema en la podrida España.
El dinero público se ha utilizado en España de manera delictiva y ha servido para comprar votos, ganar poder, castigar al adversario, premiar al amigo, comprar voluntades y silencios y sostener un Estado injusto y tiránico, basado en el premio y el castigo.
Que la Justicia no es independiente en España y que los partidos políticos, al designar jueces y magistrados, asesinan la Justicia, se cargan de oprobio y pierden legitimidad democrática.
Que la Fiscalía y la policía han sido utilizadas por el gobierno en su propio beneficio, incluso para aplicar la ley con distinto criterio: una ley feroz para el adversario y una ley benigna para los nuestros.
Que el actual independentismo catalán ha sido promovido y alimentado por políticos catalanes corruptos y antidemocráticos, ayudados por la cobardía y la complicidad de gobernantes españoles de los dos grandes partidos, PP y PSOE, que cerraron los ojos y permitieron el crimen a cambio de votos y apoyos.
Que la Constitución es un documento sin valor real, permanente violado por los políticos, que nos priva de la libertad de autogobernarnos, pero promete, mintiendo y sin cumplir, vivienda, trabajo y otros derechos jamás otorgados.
Que hay cientos de miles de personas, casi en su totalidad amigos o familiares de políticos, cobrando del Estado sin que sus servicios sean necesarios. Esos vicios de clientelismo, nepotismo y amiguismo han convertido el Estado español en inviable e insostenible.
Que los nacionalismos radicales vasco, catalán son enemigos o adversarios de España y que aprovechan cualquier oportunidad para debilitar, dividir y destruir la nación. Jamás han hecho un favor u otorgado un voto sin cobrarlo y su mayor miedo es que los grandes partidos de ámbito nacional obtengan mayorías absolutas o pactos, lo que les resta importancia y les impide utilizar el chantaje.
Que la actual Ley Electoral es injusta por muchas razones, la principal de las cuales es que premia a los partidos nacionalistas y devalúa a los partidos nacionales pequeños.
Que los ciudadanos españoles están privados de ejercer el derechos a votar libremente, esencia de la democracia, ya que en el sistema español quien elige es el partido político, que es el que elabora las listas.
Que los parlamentarios españoles (diputados y senadores), teóricos representantes de los ciudadanos, a quien únicamente representan es a sus propios partidos, que son los que los colocan en las listas electorales. Es a los partidos y no a los ciudadanos a quienes obedecen, respetan y son leales, consumando así una de las peores carencias de la mal llamada democracia española.
Que los verdaderos culpables de la crisis no fueron ni son los banqueros, ni los financieros locos de Wall Street, ni los especuladores, como afirman los políticos, sino la clase política, que no ha cumplido con su deber de regular la actividad financiera y ha permitido que se otorguen hipotecas basura, que se comercialicen fondos contaminados y que se falseen las cifras y datos y que el Estado crezca de manera enfermiza, hasta convertirse en insostenible. Los políticos han gastado más de lo que debían y han guardado un silencio cómplice ante los abusos y vilezas del sistema, únicamente porque ellos se benefician de la prosperidad artificial.
Que la compra y control político de sectores y estamentos de la sociedad cuya independencia, libertad y limpieza eran vitales para la democracia, como la prensa, los sindicatos, la patronal, la universidad, una parte de los grandes empresarios y otros muchos, ha sido un vicio constante de los políticos, que así han envilecido el sistema y liquidado todo resto de democracia en la atribulada España.
Que el mayor problema de España y la causa del mayor rechazo ciudadano es la clase política, por delante de la situación económica y el desempleo, problemas estos creados por esa clase política española que carece de altura y solvencia, inmerecedora de respeto o reconocimiento ciudadano alguno por sus fechorías y daños causados a la nación.
Que existen muchos movimientos y pactos inconfesables del poder político español, explícitamente ocultados a los ciudadanos, porque su vileza y espíritu delictivo causaría escándalo y rechazo. Son acuerdos y decisiones que entregan instituciones y empresas como pago de favores, que destruyen puestos de trabajo, que venden poderes españoles al exterior, que financian iniquidades y otras muchas suciedades, todas ellas pertenecientes a las sucias cloacas del Estado, desconocidas por un pueblo español que, en democracia, debe disfrutar del inalienable derecho a informar y a ser informado con plenitud y veracidad.
Que los partidos políticos se financian con el dinero de los impuestos, en contra de la voluntad ciudadana, partidaria en su inmensa mayoría de que sean financiados por sus propios militantes.
Que la corrupción no está castigada como debiera y que los corruptos no deberían salir de la cárcel hasta que no hubieran devuelto el botín robado a los ciudadanos.
Que España es teórica aliada de países que nos odian y humillan, como Gran Bretaña, un país que ha sido y es el mayor enemigo y que mantiene bajo control Gibraltat, la única colonia en Europa.
Que existen pactos secretos con Marruecos que humillan y perjudican a España y que están llenando España de delincuentes magrebíes que llegan con arrogancia, sin espíritu de integrarse y muchos de ellos con ánimo de delinquir.
Que los menores no acompañados (menas), de los que hay que casi 9.000 en España, todos a cargo del Estado, constituyen un enorme riesgo para la seguridad nacional y la convivencia..
Y muchas mas que dejamos en el tintero porque enumerarlas necesitarían un libro tan extenso como la Sagrada Biblia.
Francisco Rubiales
Revista Opinión
Es urgente desnudar a España porque hay demasiadas verdades ocultas
Publicado el 19 julio 2019 por FrankySus últimos artículos
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