Si estas buscando una princesa, déjame decirte que esa no soy yo, si buscas a unas musas para inspirarte, tampoco soy yo, si buscas al hada del los cuentos, menos seré yo.
Yo soy aquella que bebe whisky de vez en cuando, aquella que tiene desordenes mentales y no se por los cambios de la luna o el sol pero hay veces que lloro o me pierdo en una carcajada aunque mi mente y mi cuerpo se encuentren tristes.
Yo busco la calma que me brinda la soledad, fumo un tabaco cuando estoy nerviosa; tengo unos tres tatuajes pero ya perdí la cuenta de mis cicatrices que marcaron mi alma, y aunque de lunes a viernes parezca una dama donde este, los sábados y domingos ando en pijama y toda despeinada, bebo café toda la semana y mis noches no tienen la emoción de una mujer de glamour.
Mis ojos tienen muchas historias guardadas, tengo un corazón roto sin ánimos de cubrir con vendas, tengo un libro en prosa a medio leer y un cuaderno lleno de algunas palabras que intentaron ser poemas.
Yo nunca seré aquella mujer que inspire versos de amor, hace muchos años que ya no recibo cartas, no recuerdo números telefónicos ni fechas de cumpleaños y aniversarios.
Yo nunca seré una musa, lo único que me hace diferente de otras mujeres, es el nombre de un amor que siempre recorrerá mi mente y mi alma. Seré una mujer común para todos, para el, fui su amor, su cómplice y ahora ya no soy nada, no soy lo que buscaba, nunca seré su princesa, solo nos une los recuerdos de un amor fallido y doloroso.