Siempre me gusta venir a contaros las maravillosas cosas que el mundo tiene que ofrecer, pero en los viajes, como en la vida, también hay cosas feas. Y en este caso, la cosa fea se llama Wonderbox y es una empresa que vende paquetes de «experiencias» de variado signo… pero realidad es muy diferente de lo que venden. Dicho llanamente, me parece una pequeña gran estafa. Y hoy quiero alertar de ello para que al comprar este producto, la gente sepa al menos a qué atenerse.
Os cuento: De los hoteles que te ofrecen en los paquetes, estos tienen o bien un cupo de personas para aceptar esta forma de pago (que me da la sensación de que en temporada alta, este cupo tiende o se reduce a cero, porque después de varias llamadas te das cuenta de que es imposible) o te dicen que con Wonderbox hasta octubre no aceptan reservas. Vamos, que de temporada alta, nada monada. Pero de eso Wonderbox no informa al vender el paquete. ¿Es eso legal? No lo sé, la verdad, no soy experta. Pero desde luego ético no me parece ni un ápice.
Con ello, lo que vengo a decir es que en temporada alta se convierte en una misión imposible reservar gracias a estos paquetes que de regalo tienen más bien poco. E insisto, no informan de ello. «Sujeto a la disponibilidad del hotel» no es suficiente información para que después te encuentres con que hay un cupo para Wonderbox -que insisto, debe ser de risa- o que en verano no se puede reservar.
Y para que veáis que más allá de informar de ello, lo ocultan, aquí está una bonita imagen en la que publicitan «¡Ya es verano! (aprovecha para regalar una escapada…)».
En mi caso, tiene bastante «guasa» porque es un paquete para una boda (¡viva los novios!, dicen en la funda), pero como luego explico, en la mayoría de los casos no puedes cogerlo hasta octubre. Fecha poco común para una boda. Por otro lado, hay más evidencias de que esta empresa tiene poca credibilidad: si tienes quejas, debes llamar a un número de pago (para aumentar un poco más tu alegría en esos momentos) y por ejemplo, no tienen cuenta de Twitter, uno de los canales de comunicación más habituales hoy en día también para este tipo de gestiones. La página de Facebook muestra también el nivel de satisfacción de sus usuarios: los post están plagados de comentarios negativos.
Desde ayer, he venido asumiendo que no voy a poder utilizar ninguno de los dos paquetes que me han regalado de la compañía al menos de momento -o más bien, cuando yo quiera hacerlo-, y lo he aceptado deportivamente, pero no quería dejar pasar la oportunidad de intentar que otros no estén en la misma situación que yo. También le he comentado a los hoteles donde he llamado que esperaba que fueran conscientes que formaban parte de una estafa y no me han llevado la contraria. «Te entiendo», me ha dicho la persona del alojamiento que me ha atendido. Y así es como supongo que todo el mundo deja pasar el tema y otros cuantos se aguantan. Y ya que tengo este canal para denunciarlo, así he querido hacerlo. Espero que sirva de algo, aunque sea para que un número reducido de personas al menos lo sepan.