Revista Opinión

Esas preguntas típicamente dirigidas a mujeres

Publicado el 13 diciembre 2015 por Skuhmm
Entrevistadora: ¿Y tienes pareja?
Supergirl: ¡Eso nunca se lo preguntarías a Superman!
(Supergirl, episodio 3, "Fight or Flight")
A mucha gente le molesta que se siga hablando del feminismo (o del machismo). Esta gente a menudo afirma que, en países como España, las cosas ya han cambiado totalmente y las mujeres tienen total igualdad de derechos y posibilidades. Por ejemplo, ya se han incorporado al ejército, una de las ocupaciones más tradicionalmente masculinas que existen, así que habría que dejarse ya de tonterías y quejas. ¿Verdad?
Sin embargo, como ocurre a menudo, los problemas no han desaparecido como por arte de magia, sino que se han vuelto más sutiles, más ambiguos, menos evidentes. Si una chica no podía acceder a un determinado puesto de empleo y ahora sí puede, el problema más inmediatamente patente parece que ya está resuelto. Pero mira más de cerca y la cosa no está tan superada como parece.
Y es que aunque las mujeres se hayan incorporado de pleno al mercado laboral, siguen pesando sobre ellas ciertas expectativas y estereotipos que los hombres se ahorran (ellos se encuentran con otros, de los que algún día hablaré). Recientemente, en una entrevista a Isabel Coixet, la directora de cine, ésta comentaba que estaba harta de tener que responder a menudo a preguntas sobre cómo compaginaba la educación de sus hijos con su trabajo, que a menudo la obliga a viajar. También le preguntaban cosas del tipo de si sus películas tenían un toque femenino, siendo ella mujer. ¿Habéis leído alguna vez a un director de cine masculino (o escritor, o artista de cualquier ámbito) al que le pregunten si sus obras tienen un "toque masculino" por ser él hombre? ¿Y sobre el cuidado de su familia? ¿Es que ninguno es padre?

Esas preguntas típicamente dirigidas a mujeres

Isabel, buscando las mejores ofertas en pañales


Un montón de factores intervienen probablemente en este tema. Por un lado, está la cuestión de cómo se considera casi siempre al hombre "la persona por defecto", y a la mujer como "caso aparte", y de esto ya ha he hablado alguna vez. En las cosas que hacen los hombres no hace falta la etiqueta "masculino", porque la suya es la opción, repito, por defecto. No se habla de "fútbol masculino", ni de "literatura masculina", "cine masculino"...  Es fútbol, literatura, cine o lo que sea a secas. Por tanto, cuando alguien que no es de ese grupo participa, inmediatamente se piensa que aporta alguna cualidad especial a su trabajo, intrínseca al subgrupo de los no-hombres. Por otro lado, la incorporación de la mujer a todo este tipo de cosas es más o menos reciente según el caso (en la literatura obviamente no, por ejemplo), y la transición no ha sido tan perfecta y carente de problemas como sería deseable. Hasta hace no tanto ellas se quedaban en casa a cuidar de los niños y hacer la comida, y esa concepción de la mujer como mamá/ama de casa sigue muy presente en nuestras mentes. Y no nos engañemos, gran cantidad de mujeres han accedido al mercado laboral sin por ello dejar de ejercer ese rol de mamás y guardianas del hogar, eso que la prensa llamaba a veces "superwoman", en el sentido de que sacan tiempo de debajo de las piedras para hacer catorce cosas distintas sin renunciar a nada. Así que cuando vemos a una mujer haciendo un trabajo que tradicionalmente sólo desempeñaban hombres, aún seguimos viéndola en esos otros roles.
Un capítulo aparte merecen las preguntas y comentarios sobre el aspecto. Hace aproximadamente un año, la astronauta Elena Olegovna Serova cobró cierta relevancia en los medios porque iba a ser la primera astronauta rusa enviada a la Estación Espacial Internacional. Hizo ruedas de prensa y se le preguntaron muchas cosas... Entre otras, cómo resistiría su hija de 11 años su prologada ausencia, o cómo, agárrate, cuidaría de su pelo en el espacio. Al parecer la chica respondió pacientemente a las preguntas, pero cuando se le preguntó otra vez por asuntos relacionados con su melena, perdió la paciencia y preguntó por qué no se interesaban también por las cabelleras de sus compis masculinos. Seguidamente explicó que se tomaba muy en serio su trabajo y la responsabilidad que conllevaba. Curiosamente, algo similar ocurrió también en el mundo de la astronomía, cuando se anunció que un grupo de ocho mujeres entrarían en un simulacro de ocho días en una nave espacial (falsa) para preparar un posible viaje pilotado a luna en 2029. Y es que en la rueda de prensa correspondiente, en este caso se les preguntó cómo aguantarían en el espacio, si la misión fuese real, sin hombres ni maquillaje. Una de ellas respondió irónicamente que sin duda en esa situación el estar guapas iba a ser su primera preocupación. Después les preguntaron también a ellas por el cuidado de su pelo. Ay, Pantene no sabe el increíble nicho de mercado que se está perdiendo al no patrocinar misiones espaciales.

Esas preguntas típicamente dirigidas a mujeres

En el espacio nadie puede arreglarte las puntas abiertas


Para acabar, una pequeña anécdota con la que quizás muchas se sientan identificadas. Una vez me contaba una amiga cómo, en una entrevista de trabajo, la cosa parecía ir sobre ruedas. De pronto, el entrevistador le preguntó si tenía pareja, y si vivía con él. Ante la respuesta afirmativa a ambas preguntas (las cuales es ilegal hacer en una entrevista de trabajo), su interés por ella como candidata al trabajo cayó en picado visiblemente. Y es que siendo mujer, y estando en edad de ser madre...
¿Creéis que esta pregunta se la hicieron a los hombres que participaban en el proceso?

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