El RE, de resonar cansado, repite amores viejos. Renguea un poco de su pie, pero igualmente recorre cada día los recuerdos del pasado.
El MI lo quiere todo, egoísta como es, y el FA que está a sólo medio tono, se niega a estar con él. (Pero a veces, de bemol la una o de sostenido el otro, se vuelven uno solo)
Entre el SOL y el LA hay también una vieja historia. Se amaban, pero LA quería estar sola y sentía que con SOL sobraba una letra entre los dos
SI, por mucho, es la más feliz. Yo supongo sea porque está siempre dispuesta a todo aquello que le preguntan.
Lo contrario pasa con el DO, que a todo se niega, hasta a aliviarse de la gripa.
Y luego viene el RE, pero de ese no cuento nada nuevo, y no me quiero repetir.