
Esta ruta la complementamos con un taller de acuarelas para niños donde dejaron de manifiesto su creatividad, hasta que se puso a llover y tuvimos que recoger rápidamente.
La segunda ruta que hicimos y os recomendamos es subir al Mirador de Rosaire, ya no sólo por las bonitas vistas que se obtienen, sino también por la posibilidad de encontrar fósiles.
El fin de semana de senderismo con niños lo culminamos con una impresionante paella, que junto con las natillas caseras, conseguimos un punto final perfecto.
Luego, como siempre, tuvimos que regresar temprano para que los niños pudieran terminar sus deberes.