Escapada rural en familia: La comarca Daroca

­­­­Comarca Daroca: una escapada rural en familia

“La bici y el río”, “entrar en casa solo para la hora de comer y cenar”, “la libertad”, “la comida casera, los olores del campo, el pan de pueblo”, “jugar al escondite por las calles”, “las cabañas que construíamos con el material que les sobraba a los lugareños”, “ir llenos de rasguños y mercromina”, “las puertas de casa siempre abiertas”, “jugar, jugar y jugar en la calle sin control ni supervisión de los adultos”, “salir a buscar frutas maduras y comérnoslas luego”, “echar la tarde entera sin un juguete y usando la imaginación”…

Estas son solo algunas de las repuestas que nos llegaron ante la pregunta ¿cuáles son los recuerdos de tu infancia en el pueblo? Nos sorprendió cómo independientemente del pueblo de cada uno, había una serie de palabras que se repetían constantemente: libertad, autonomía, Naturaleza, independencia, jugar…

Ahí está el reflejo de qué es todo aquello a lo que le dábamos valor cuando éramos niños y que actualmente es difícil de conseguir viviendo en las grandes ciudades. Todo un mundo fantástico salido de la imaginación a base de palos, piedras, hojas y piñas.

¿Existe un juguete menos estructurado que el que nos ofrece la propia naturaleza?

Las escapadas hacia la España rural son una manera de darle la oportunidad a nuestros hijos de experimentar en primera persona todas esas maravillosas aventuras que nosotros tuvimos en su día.

Y con esa idea, nos fuimos a conocer una de esas zonas castigadas por la despoblación y de la que nunca antes habíamos oído hablar: la Comarca de Daroca, ubicada en la provincia de Zaragoza.

A los pies del Pirineo Aragonés pero con unas rutas sencillas y accesibles para hacerlas con niños pequeños.

– La vereda circular que llega hasta el Aguallueve y nace en el pueblo de Anento. Ese pueblo que un día se convirtió en escenario de muchos cuentos y que cuenta con el honor de ser el más pequeño entre los nombrados como pueblos más bonitos de España. El camino, de no mucha distancia, está salpicado con diferentes atractivo que lo hace bastante entretenido para pasearlo con niños: fuentes naturales, un pequeño lago, varios tramos del río, arbustos frutales en temporada, árboles en flor…

– Los caminos que cruzan el Pinsapar de Orcajo. Un bosque ideal en el que recoger piñas, tocar el musgo, encontrar hormigueros, telas de araña y alguna que otra abeja de esas que participan en el proceso de producción de la miel o la hidromiel que se hace en la zona. ¿Sabías que la hidromiel fue la primera bebida alcohólica de la historia de la humanidad?

– Las Hoces del río de Piedra. Un camino con una pequeña subida pero también bastante accesible que termina en un mirador desde el que observar el vuelo de los buitres y con unos buenos prismáticos, incluso alguno de sus nidos.

– La laguna de Gallocanta. Uno de los atractivos del lugar que más ha traspasado fronteras. A esta laguna llegan más de 50.000 ejemplares de grullas en su migración de cada temporada (entre noviembre y febrero), atrayendo la curiosidad de turistas de toda Europa.

Daroca, el pueblo que le da nombre a la Comarca  

Calles laberínticas, el vermut y pincho de los sábados, miradores, murallas y un tobogán de piedra para coronar la Mina. Ese desagüe que construyeron hace años en forma de túnel gigante y que garantiza la evacuación de las aguas de lluvia de un pueblo que creció en los alrededores de una ría. Para los que venimos de grandes núcleos urbanos, Daroca, es un pequeño pueblo en el que se vive a ritmo muuuuuy tranquilo y sin embargo, es uno de los más grandes de la Comarca. Menos de una semana hizo falta para que nos llamaran por nuestro nombre en algunos de los negocios comerciales del pueblo.

Pueblos a los que hay que ir “de propio”

Parece increíble descubrir que a menos de 300 km de distancia de Madrid, el uso del español nos sorprendiera con tantas expresiones que nunca antes habíamos escuchado. Una de nuestras favoritas y que representa muy bien la identidad geográfica de los pueblos de la zona es la de “ir de propio”. A pesar de su cercanía con Zaragoza, la Comarca Daroca sigue sin ser un destino masificado. Estamos hablando de lugares a los que hay que ir a propósito porque no se encuentran dentro de ninguna ruta de paso. Como es el caso de Cerveruela y su maravillosa granja escuela, en la que si ven a los niños muy enganchados a la tecnología, les apagan el wifi con la excusa de que se ha estropeado.

Sonidos de campanas de iglesia, pocos coches, gatos sin dueño y perros que se pasean solos, son solo algunos de los ingredientes que definen la forma de vida de las gentes de la Comarca de Daroca. Todo está cerca, todo es sencillo, todo es pequeño.

El tiempo pasa tan despacio como para poder pararse a charlar con los pocos habitantes que viven de forma habitual en cada uno de los pueblos que forman la Comarca. No hay por qué preocuparse. Solo se trata de andar unos pasos y quedarse mirando una carrera de barquitos hechos de hojas, probar un buen plato de migas o un lechazo y mantenerse lo más alejado posible de los mudéjares y otros dulces típicos de la pastelería Manuel Segura porque son realmente adictivos.

Qué… ¿apetece una escapada por el reino de muy muy cercano?

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