Barcelona es una ciudad conocida por muchas facetas distintas: espectáculos, eventos deportivos, personajes famosos, deliciosa gastronomía, … y todos sabemos que la lista sigue. Aun así, una de las principales características que diferencia la ciudad condal de otras grandes ciudades europeas es la gran presencia de arte modernista.
A finales del siglo XIX y principios del XX, surgió en la ciudad una nueva generación de artistas con el objetivo de potenciar la belleza de cualquier obra o edificio, con la intención de conseguir que la estética prevaleciera por encima de todo. De este modo, artistas como Gaudí, Domènech i Montaner o Puig i Cadafalch dieron una nueva cara a la ciudad que, a pesar de su reconocimiento mundial en la actualidad, creó mucha polémica en su época. Algunos artistas de principios del siglo XX, como los escritores Josep Pla o Carles Soldevila, calificaron la arquitectura modernista como una verdadera aberración y exigieron el derribe de algunos edificios.
Por suerte ese tipo de exigencias fue ignorado y en la actualidad la Ruta del Modernismo está formada por unas 115 obras. Evidentemente se encuentran en diferentes puntos de la ciudad y verlas todas supone una gran inversión en cuanto a tiempo y esfuerzo. Es por eso que a continuación os presentamos una posible ruta modernista. La hemos diseñado para que podáis realizarla en un día, paseando tranquilamente y sin tener que depender del transporte público. ¡Esperemos que os guste! Ah, y como hay buenos hostales Barcelona en el propio Passeig de Gràcia, lo hemos escogido como punto de partida…
1. Casa Fuster, Passeig de Gràcia 132
Actualmente un hotel de lujo, la Casa Fuster fue la última obra de Domènech i Montaner. El edificio cuenta con tres grandes fachadas de mármol blanco y una pequeña torre que forma tribunas (una característica típica de este arquitecto). Según el diseño de Domènech el edificio tenía que ser coronado con una torre pero nunca se llegó a construir. En los bajos del edificio se encontraba el Cafè Vienès, un punto de encuentro privilegiado de la ciudad. Durante la restauración del edificio, la empresa hotelera también restauró este café de modo que todavía hoy permanece abierto.
2. Casa Milà (la Pedrera), Passeig de Gràcia 92
La Pedrera es uno de los edificios más emblemáticos del movimiento modernista. Pere Milà fue un burgués de carácter ostentoso que ofreció a Gaudí un presupuesto ilimitado para que le diseñara el edificio más espectacular de la zona, y así fue. La fachada está dominada por curvas y ondulaciones, mientras que detalles en hierro forjado decoran las ventanas y los bajos. En la azotea, las chimeneas en forma de guerreros parecen vigilar la animada vida que día a día llena el Passeig de Gràcia. En el momento de su construcción, la Pedrera fue objeto de burlas, caricaturas y críticas, pero seguro que en la actualidad Pere Milà estaría más que orgulloso de la repercusión que tiene su edificio a nivel mundial (incluso ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO).
3. Casa Batlló, Passeig de Gràcia 43
También de Gaudí, la Casa Batlló es otro edificio que no se ha librado de críticas y diferentes interpretaciones. Para algunos, se trata de una representación de la leyenda de Sant Jordi, muy popular en tierras catalanas: los huesos y los cráneos de los balcones serían las víctimas del dragón, la torre simbolizaría la lanza del valiente caballero y la ondulación reptiliana del tejado sería el lomo del dragón. Por otro lado, hay quienes dicen que se trata sencillamente de una alegoría a las fiestas de carnaval: antifaces, el gorro de arlequín, el confeti representado por los azulejos de colores y disfraces de muerte. La verdad es que cualquiera de las opciones puede ser válida, o puede que ninguna, … así que os aconsejamos que veáis el edificio con vuestros propios ojos y decidáis cuál os convence más…
4. Casa Amatller, Passeig de Gràcia 41
La casa colindante, obra de Puig i Cadafalch, es otra perla modernista. Su fachada escalonada, decorada con azulejos rojos y dorados, contrasta estrepitosamente con el edificio gaudiniano y para algunos es “la apoteosis de las artes decorativas”. Las puertas de entrada son asimétricas, así como sus balcones, y el edifico cuenta con elementos medievales, típicos de su arquitecto. Las ventanas están ornamentadas con una temática floral y en la puerta de entrada hay una escultura, de Eusebi Arnau, que representa Sant Jordi matando el dragón. En conjunto, esta obra modernista es una de las obras maestras de Puig i Cadafalch.
5. Casa Lleó Morera, Passeig de Gràcia 35
Este edificio, construido originalmente en 1864, fue restaurado por Domènech i Montaner y está inspirado en las curvas de la naturaleza. La fachada estaba decorada con esculturas femeninas, acompañadas de un doble juego de columnas de mármol rosa, que fueron totalmente destruidas para que la planta baja pudiera convertirse en una tienda; además, durante la Guerra Civil la cornisa y los pináculos también fueron dañados. Por suerte, hace poco más de 20 años el arquitecto Òscar Tusquets se encargó de restaurar el edificio basándose en antiguas fotografías y otros documentos.
6. Casa Calvet, carrer Casp 48
Una vez llegados a Plaça Catalunya, a unos 5 minutos andando, se encuentra otra de las obras de Gaudí. La fachada cuenta con líneas curvas y ondulaciones, elementos de hierro forjado y la superficie es irregular. A pesar de estas características tan típicas de Gaudí, el arquitecto dio un toque simétrico y de equilibrio al edificio que es poco común, y quizá por ello se ha convertido en una de las obras gaudinianas más reconocidas del movimiento modernista.
7. Palau de la Música Catalana, Palau de la Música 4-6
A menos de 10 minutos andando y pasando por la Plaça Urquinaona, encontraréis el Palau de la Música. Aunque recientemente todo el mundo hable de este edificio por la polémica de corrupción relacionada con su exdirector Fèlix Millet, la verdad es que desde el punto de vista arquitectónico es una obra que no podemos dejar de recomendar. Este edificio de Domènech i Montaner ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y está considerado uno de los ejemplos supremos del movimiento modernista. El arquitecto optó por una mezcla de elementos modernistas, referencias musicales, esculturas de piedra, arcos de piedra rojiza, columnas decoradas con mosaicos, barandas de hierro forjado, vidrieras, … Sin embargo, quizá lo más impresionante del edificio es la sala de conciertos así que si tenéis la oportunidad, id a visitarla. Las visitas guiadas valen 12€, aunque quizá os interese más ir a ver un espectáculo musical.
8. Palau Güell, carrer Nou de la Rambla 3-5
Este edificio se encuentra en una calle perpendicular a las Ramblas, en pleno centro de la ciudad. Para llegar allí podéis pasar por la plaza de la Catedral y ver, de paso, la catedral gótica de Barcelona. La calle Nou de la Rambla es muy estrecha de modo que es complicado contemplar la totalidad de la fachada, pero sí pueden verse las enormes puertas de entrada, diseñadas para que los visitantes pudieran entrar a caballo o con sus carruajes. El enorme vestíbulo de veinte metros de altura es la sala central, a partir del cual se articulan los diferentes espacios que conforman la totalidad del edificio. Aun así, la dependencia principal es el salón central, de siete pisos de altura, que está coronado por una cúpula cónica y perforada para dejar pasar tenues rayos de luz. Por otro lado, las chimeneas en la azotea cumplen una función estética más que puramente funcional. Sí, cuesta de imaginar… así que lo mejor es ir a verlo.
9. Museo de Zoología, Passeig de Picasso s/n – Parc de la Ciutadella
A unos 20 minutos andando del Palau Güell se encuentra este castillo. Lo bonito de este recorrido es que os permitirá pasar junto a la Iglesia de Santa María del Mar (una perla gótica de la ciudad) y una vez allí estaréis en uno de los parques más bonitos de la ciudad y a pocos minutos del mar y de la playa. Dicho esto, el Castell dels tres dragons, que actualmente alberga el Museo de Zoología, fue diseñado por Domènech i Montaner para la Exposición Universal de 1888. Se diferencia del resto de edificios mencionados por su aspecto de fortaleza, aunque cuenta con acabados típicamente modernistas como los elementos de cerámica y las vidrieras (la vidriera principal, que ocupaba toda la fachada, fue destruida en un bombardeo durante la Guerra Civil).
Bueno, ya veis que andando y tranquilamente se pueden ver algunos de los edificios modernistas más emblemáticos de la ciudad, además de algunas zonas muy importantes como el Passeig de Gràcia, las Ramblas, la Plaça Sant Jaume o la Barceloneta. ¡Esperamos que este recorrido os guste y esperamos haberos ayudado! Obviamente hay muchas otras obras modernistas de gran importancia, como la Sagrada Familia o el Park Güell, pero vamos a tratarlas en otro artículo esta semana… ¡no os lo perdáis!
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