Revista Viajes
Hoy, visitar los paisajes en los que se consumó el desastre de La Armada Invencible es lo más cercano a pisar un pedazo de historia.
El 21 de agosto 1588, la Felícisima Armada dejó atrás las Islas Orkney para adentrarse en el Atlántico Norte. "Hasta ese momento La Armada había sido un costoso fracaso pero en modo alguno un desastre", afirman los historiadores Colin Martin y Geoffrey Parker en su libro 'La Gran Armada'.
Efectivamente, 112 barcos permanecían indemnes. Hasta que los vientos huracanados que ese otoño de 1588 azotaron Irlanda salieron al paso de los bajeles de Felipe II, el Rey Prudente. El resultado fueron 24 naufragios, una tragedia que tuvo algunos de los lugares más bellos de la isla como escenario. Para comprobarlo sólo hay que acercarse hasta el arenal de Kinnagoe Bay, en la península de Inishowen.
Este bucólico enclave situado al noroeste del Co. Derry enmarcó el que fue el primero de los naufragios -el 16 de septiembre- de un barco español en Irlanda. El fatídico protagonista fue el Trinidad Valençera, un enorme barco veneciano al mando de don Alonso de Luzón, comandante del tercio de Nápoles.