En un mundo globalizado y en constante evolución, las empresas se ven obligadas a llevar a cabo multitud de cambios estratégicos que afectan directamente a la administración del riesgo y la construcción de valores
Hace más de un año de la declaración de la pandemia mundial. El Covid-19 ha provocado la triste pérdida de innumerables vidas y una recesión económica que sigue afectando a millones de personas. A pesar de ello, los avances científicos y las medidas sanitarias están haciendo que la salida de la crisis sanitaria y económica esté cada más cerca. La situación vivida ha potenciado la transformación digital, pero también ha estimulado a las empresas a otorgar mayor importancia a la formación de sus empleados.
Según el banco mundial, en 2020 la economía mundial se contrajo un 5,2%, la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, siendo la primera vez desde 1870 que tantas economías sufren a la vez una disminución de su PIB. Según varios estudios, la riqueza mundial se podría haber contraído hasta tres veces más de lo que lo ha hecho, de no ser por las políticas económicas y sociales que se han desplegado en los distintos países.
Las empresas se enfrentan a un desafío sin precedentes. El Covid-19 ha golpeado duramente la economía y ha puesto en una situación complicada a ciertos sectores como son la hostelería y el turismo. Según Eloy García, socio de la firma Escoem, “toda crisis trae consigo oportunidades de negocio, muchas empresas desaparecerán, pero muchas otras surgirán como consecuencia de los nuevos hábitos de consumo. El comercio electrónico está creciendo exponencialmente, por tanto, quien se adapte a tiempo podría generar ostensibles beneficios”
En la actualidad, las empresas son cada vez más digitales, aunque no lo suficiente, puesto que en los próximos años se convertirán en organizaciones más científicas, de modo que les permita beneficiarse de la próxima ola de innovación. La percepción es que la tecnología cambiaría el mundo, y ahora que las empresas de todos los sectores han acelerado su transformación digital, necesitan adaptarse a la era del cambio perpetuo.
Sin embargo, la tecnología no sirve de nada sin personas que sepan usarlas. Por esta razón, la formación del personal es el punto de partida para la digitalización de una empresa. Se trata de poner la tecnología al servicio de las personas y no las personas al servicio de la tecnología. Durante años, las compañías han sido optimistas en sus diagnósticos digitales pero la pandemia a puesto a prueba estos sistemas, demostrando las carencias de los planes de transformación digital. Las organizaciones deben medir el nivel de competencias digitales de su personal, aplicar medidas estableciendo fases e hitos realistas y medir los resultados de la implantación de estas acciones.
Para prosperar con la situación económica actual, es necesario contar con líderes ambiciosos que no se conformen con devolver la empresa a lo que era, sino que estén dispuestos a reinventarse para construir algo nuevo. Un escenario tan cambiante y lleno de oportunidades significa que la lucha entre competidores será feroz. Por todo ello, crear una cultura corporativa estructurada y eficaz es un aspecto básico hoy en día, permitiendo cautivar al cliente a través de aspectos emocionales basados en los valores y la personalidad de la propia compañía.
La recuperación y estabilización de la economía va a depender directamente del avance en la vacunación mundial, pero la economía española también se enfrenta a otros retos como son la baja productividad, el mercado laboral dual, una fuerza laboral decreciente, un sistema de pensiones deficitario, una deuda pública elevada, un tejido empresarial muy focalizado en pequeñas empresas, riesgo de insolvencia empresarial, incapacidad administrativa para utilizar los fondos europeos y la estabilidad política.
Según Antonio Iáñez, socio de la firma Escoem “debemos ser conscientes que el virus seguirá presente, a pesar de las vacunas, durante 2021 y 2022.” El cambio perpetuo ha llegado para quedarse, y las empresas no solo deben adoptarlo, sino capitalizarlo. Por tanto, dar prioridad a la tecnología es esencial para garantizar la supervivencia de cualquier empresa.
Ahora es un momento único para reconstruir el mundo y hacerlo mejor de lo que era antes del Covid-19. Para alcanzar esa meta se necesita definir en las empresas estrategias que pongan en valor las personas, el entorno y el impacto medio ambiental. Se puede consultar el informe completo pulsando aquí.
Fuente Comunicae
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