Revista Sociedad
Comunico y difundo: hemos inventado el que entiendo que será viral, escrache low cost, o cómo llevar a cabo un escrache con recursos cero. El proceso es el siguiente, con menos de 48 horas de antelación, se debe proponer a la asamblea un escrache aprovechando, qué se yo, el pregón de las fiestas locales, que coincida, además, en fin de semana, con la asamblea a punto de disolverse y sin total consenso, con los cual los únicos que se enteran de algo son los últimos cinco que desalojan. Con algo menos de 24 horas se fotocopian octavillas, informando del escrache, por si alguien desea apoyarlo con su participación (dificil dado el escaso plazo previo) y que como son fiestas todo el mundo anda por ahí. Cuando llega la hora de la quedada, nadie aparece. Sin embargo, algo a tener en cuenta que hago constar a modo de constructiva conclusión: los dos o tres aburridos de la vida que no teníamos nada mas que hacer que aparecer por allí a ver qué había, pudimos comprobar que si bien el público escrachador brillaba por su ausencia, media docena de policías que nunca fueron vistos en pregones anteriores, aparecían situados estratégicamente en un vistoso grupo junto al escenario desde donde el pregón fué correspondientemente distribuido. A tener en cuenta, hay que ser positivo: hemos conseguido cambiar la agenda del acto público "Mariano, cojeté a cuatro o cinco y te los llevas al pregón, que lo mismo hay lio". Conclusión extraída por los pelos y a modo de triste consuelo, aunque a lo mejor no es del todo incierta.