Revista Creaciones

Escribe cada día

Por Masqueudos

Desde que nos despertamos por la mañana, paramos la alarma del móvil, nos levantamos de un salto o soñamos que eso no está pasando y que aún nos queda tiempo para dormir, desde ese preciso momento comenzamos a escribir nuestro día.

Escribe cada día

Escribir cada día es darnos cuenta de que todas y cada una de las pequeñas acciones o gestos que decidimos compartir, importan. Todas. La tostada que te quita tres minutos de cama pero está tan rica… El “buenos días” a la empleada que limpia tu portal. La sonrisa a la familia con la que te cruzas todos los días en la avenida. Enviar un mensaje de buena mañana a tu grupo de amigos (si, eso también importa, aunque sea sólo un sol radiante y una cara que sonríe). Trabajar, descansar a ratos, seguir trabajando. Pensar en qué hacer de comida. Tener a alguien con quién compartirla. Enfadarte viendo las noticias. Acordarte de tu abuelo o de tu abuela, que ya no están. Qué dirían de este mundo loco… Tomarte un café y cerrar los ojos unos minutos. Volver a trabajar. O si no tienes que trabajar, simplemente salir a pasear. Encontrarte a un conocido. Preguntarle por los niños. Pasar por alto todas las cosas – pequeñas- que te han ido sentando mal a lo largo del día y que son insignificantes. Porque si hubieran sido importantes las habrías arreglado antes. Tomarte un vino. Reírte. Acortarte de tu poeta favorito, que dijo “el mundo sigue sin gustarme, pero la vida me parece irresistible”.* Pensar si te han dado el beso o el abrazo que a todos nos hace falta a lo largo del día. Recordar antes de acostarte “no escatimar cariño” porque mañana será otra jornada distinta, y tendrás que escribir otras líneas y el cariño, esa sonrisa de primera hora, los mensajes, las risas… Eso es lo único que importa, eso es la tinta con la que escribes tu día. 

* mi poeta favorito es Karmelo C. Iribarren

🙂


Escribe cada día

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