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¡Hola lectores!
Hacía mucho que no publicaba nada de esta sección, y ya iba teniendo ganas.
Hace tiempo os hablé de los pequeños detalles que pueden arruinar una historia a raíz de que estaba leyendo una saga de fantasía que tenía mucho potencial, pero que me decepcionó en algunas cosas que, para mí, se podrían haber mejorado fácilmente.
Hoy os traigo una entrada parecida, también hablando de errores que se pueden cometer a la hora de escribir, aunque muchos de ellos no me los haya encontrado personalmente en un libro -o al menos, no me acuerdo-. Algunos los hacía en su día y otros probablemente todavía los sigo haciendo sin darme cuenta, pero saber que hay cosas que debes evitar puede ayudarte mientras estás escribiendo.
Pongo este en primer lugar porque creo que es el error que más tiendo yo a cometer. Vale, la mayoría de las veces las explicaciones sí son necesarias. Explicaciones sobre la sociedad o el mundo donde transcurre la historia, o sobre las motivaciones de los personajes.
Pero tampoco hay que abusar. El lector no es estúpido, no hace falta que le repitas las cosas ochenta mil veces, se ha enterado a la primera. Si hay algún detalle de la trama que quieras recalcar que es importante, se puede mencionar varias veces, pero no hace falta que cada vez que hablemos de ello digamos que sí, que en efecto es muy importante. Deja que el lector también saque sus propias conclusiones, que ate cabos él solito. Como lectora, a mí tampoco me gusta cuando me lo dan todo masticado.
Este es un típico consejo para escritores. Por ejemplo: estás describiendo a un personaje y dices de él que es muy valiente. No vale sólo con decirlo. A lo largo de la novela, tendrás que demostrar que lo es, ponerle en situaciones en las que se comporte de esa forma. De igual modo, debes evitar lo contrario. No digas con palabras que un personaje es muy valiente si luego se va a comportar como un cobarde. Puede que haya ciertas contradicciones, pero demasiadas crean un sinsentido enorme.
Esta idea se me ocurrió por una reseña que vi hace poco que hablaba del libro Canciones para Paula. A la hora de describir, hay ciertas fórmulas que ya están tan usadas, que no aportan nada nuevo y que es como no decir nada. No ayudan a que el lector se cree una imagen en la cabeza. Cosas como "dientes blancos como perlas", "la luna redonda como un queso", "ojos azules como el mar".
Las escenas de acción están muy bien pero, si partimos de la base de que la historia transcurre en un mundo normal y que los personajes son humanos, tenemos unos límites. A no ser que sean super héroes, los personajes tampoco pueden realizar hazañas que sean imposibles, saltos o golpes que van más allá de sus capacidades. Además, está el tema de las heridas. Tampoco es realista que se sobrevivan a heridas increíbles, o que se recuperen a los dos días de una pelea, o que salgan sin un moratón ni un rasguño.