Revista Cultura y Ocio

Escribiendo: Pequeños detalles que arruinan la historia

Publicado el 28 noviembre 2016 por Irene Irene Marijuan
Escribiendo: Pequeños detalles que arruinan la historia¡Hola lectores!
No sabía cómo llamar a esta entrada exactamente, pero creo que al final el título resume bastante bien lo que quiero expresar. La idea de hablar sobre esto se me ocurrió a raíz del libro que estoy leyendo ahora: Rebel Spring, de Morgan Rhodes, la segunda parte de la trilogía Falling kingdoms.
La verdad es que me he cabreado mucho al leer este libro porque, partiendo de unas bases muy buenas, se queda en una historia mediocre y aburridamente juvenil. ¿Por qué? Por esos pequeños detalles que la arruinan, que pueden no parecer demasiado importantes, pero que al final son vitales.
Mientras estaba leyendo me fijaba mucho en estas cosas y las anotaba mentalmente por si acaso yo había cometido el mismo error escribiendo alguna historia, o para no cometerlo en un futuro.
Tal vez sean tonterías, puede que sólo me molesten a mí, pero personalmente odio encontrarme esas cosas en los libros porque restan veracidad a la historia. De todas formas, os dejo aquí algunos "fallos" que se me han ido ocurriendo -no todos los he encontrado en Rebel spring- y que intentaré evitar a la hora de escribir.
Escribiendo: Pequeños detalles que arruinan la historia
En serio, no hay cosa que odie más en un libro. Una cosa es que haya un personaje guapo, dos, tres... pero ¡¿todos?! Cuando piensas que el repertorio ya está lleno... ¡pum! Aparece otro personaje de infarto, más despampante que los anteriores -si es posible-.
Que no, que eso no puede ser. Incluso en los mundos fantásticos existen las personas feas, y no todo el mundo va a ser un modelo de Kalvin Klein. ¿Qué pasa con los feos? O ya ni eso, ¿qué pasa con las personas normales? ¿No tienen lugar en tu historia?
Yo misma tiendo a imaginarme mis personajes más guapos de lo normal -o al menos no muy feos- pero cuando los describo, intento evitarlo. Creo que el número de personas guapas en un elenco de personajes tiene que estar un poco limitado.
Escribiendo: Pequeños detalles que arruinan la historia 
Una vez leí -no se dónde- que las casualidades para meter a tus personajes en un problema se aceptan, pero las casualidades para sacarlos de un problema... no. Y es una verdad como un templo. 
Si quieres meter a tus personajes en un lío, tienes que pensar muy bien cómo van a salir de él, y tiene que ser de una forma creíble, y a ser posible, que no sea fácil. No puede aparecer alguien mágicamente y salvarlos, o ¡vaya! ¡qué coincidencia! encontraron la salida por pura suerte del destino. Puede haber alguna pequeña casualidad, que en la vida real también existen, pero no hay que abusar de ellas porque se pierde toda la veracidad. Es mejor que haya menos cantidad de problemas y que sean más serios y duren más, a que haya cien mil pero todos se resuelvan a las dos páginas. Escribiendo: Pequeños detalles que arruinan la historia
Si la historia está ambientada en el mundo real, esto se puede evitar informándote un poquito. Pero supongamos que nos encontramos en un mundo ficticio que hemos creado nosotros mismos. No puede ser que si se tardan tres días en viajar desde una punta del mapa hasta la otra, también se tarde lo mismo entre sitios que están situados mucho más cerca en el mapa
Este tema de las distancias a mí me ha dado muchos quebraderos de cabeza, porque a veces necesitaba que un personaje llegase más rápido a un lugar de lo que realmente se tardaba, o más lento de lo habitual. Pero las distancias hay que respetarlas siempre. Si se tardan x horas en llegar de A a B en el capítulo 1, no puede ser que en el capítulo 10 se tarden 20 minutos. Hay que inventarse otras razones si queremos que el personaje vaya más rápido, o más lento, pero no podemos saltarnos a la torera las normas que nosotros mismos hemos puesto.
Escribiendo: Pequeños detalles que arruinan la historia
En verdad esto nunca me lo he encontrado en un libro publicado, pero sí que lo he visto en lecturas de Wattpad (u otras plataformas) o en cosas que escribían amigos. 
Estás leyendo algo, supongamos que narrado en pasado, todo va genial hasta que de repente... el narrador empieza a hablar en presente sin ton ni son. Es un detalle que, si se tiene un poquito de cuidado, se puede evitar con facilidad. Lo he visto en numerosas ocasiones y queda fatal, sobre todo porque denota falta de cuidado por parte del autor, ya que releyendo una vez lo que se ha escrito, uno se da perfecta cuenta de este error. 
¿Qué opináis? ¿Os molesta encontraros estas cosas en los libros? ¿Habéis cometido estos fallos alguna vez? 

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