Revista Cultura y Ocio

Escribir para no olvidar

Por Hun_shu
Manuel Vilas dijo hace tres años en una interesante entrevista que "La literatura nos permite guardar con palabras lo que fuimos. Somos nosotros ayer" y pienso en todo aquello que he escrito, unas veces publicado en este blog, otras veces compartido en cursos de creación literaria, con amigos (presentes y perdidos), con amores en potencia y otros consumados, con desconocidos y con gente de paso; a veces nadie los ha visto y todavía permanecen escondidos, otros fueron garabateados en servilletas de papel que guardo en cajones (como aquellas en un café cerca de Times Square, en el 96), otros enviado por SMS o por Whatsapp o por Messenger o por IRC y sabe dios dónde quedaron; otros tirados a la basura o enviados a concursos literarios (que es prácticamente lo mismo), otros se moldearon en forma de novela, otras veces en guiones, algunos incluso novelas a partir de guiones (y me permitió besar a Midori ahí donde se sabe esconder bien) y, otros, guiones a partir de relatos cortos, incluso muy cortos; algunos los tienes tú y ya no recuerdo ni qué te escribí, una vez incluso se los di a Atxaga después de una charla (y él me regaló dos poemas que acababa de leer), otros ("El llanto del cabrón") se lo di al cantante de Malevaje tras un concierto en la Galileo (ahora me veo con demasiada indulgencia, lo sé, por aquellos ingenuos atrevimientos); otros me los imaginé, a veces tras (o durante) noches entre humo, ruido y locales atestados, a veces en el autobús camino a casa, otras tumbado en la cama durante una calurosa e interminable noche de verano (sí, también he llegado a escribir al despertarme de un sueño); muchos están en carpetas ordenadas en el disco duro (y en el de backup, y en el backup de este backup) y otros en carpetas Saro forradas con fotos de Tom Waits, Radio futura y Fugazi.
Escribir para no olvidar
Pero sobre todo pienso en aquellas primeras cosas que escribía a los 17, 18, 19, 20.... Siento un excesivo pudor si intento releer aquellos poemas, relatos, reflexiones, etc y a la vez una calma por contemplar a aquel yo de ayer. Siento que estoy lejos de él pero me siento contento porque, pese a la distancia, le entiendo y le guardo cariño. Quizás por eso mismo, porque he podido recorrer mucho más camino que R o que J, y que al menos por ellos puedo, pese a todo, sentirme satisfecho y agradecido de haber llegado hasta este lugar. A la literatura, o al tema este de juntar letras, como queramos llamarlo, que me permite no olvidar aunque quisiera, lo que fui, sentí y viví. Aunque ya no vuelva a estar en esa espuma de inocencia y rebeldía. 
Por eso este poema de Leonard Cohen me recordó hace poco aquellos escritos que entonces consideraba únicos y que de alguna manera consiguieron salvarme o hacer que el viaje fuera más llevadero, incluso en estas noches que a veces se vuelven quebradizas y se llenan de livianos desencantos (en el fondo, es solo un truco, ¿verdad Jep?). 
Aquí, en esta coordenada traviesa y a veces mística donde nos encontramos gozosos en el camino. 
The only poem, de Leonard Cohen
This is the only poem I can read I am the only one who can write it I didn't kill myself when things went wrong I didn't turn to drugs or teaching I tried to sleep but when I couldn't sleep I learned to write I learned to write what might be read one nights like this by one like me

Volver a la Portada de Logo Paperblog