“Thriller” es una palabra muy grande para esto mío , pero si le tengo que poner una etiqueta sería esa. Con todo el respeto por el Thriller, que él no tiene la culpa.
Hasta ahora, los que he escrito se enmarca en un género amable, divertido, romántico incluso sarcástico en el que me siento muy confortable escribiendo. “La Asesina del Pollo” es lo más cerca de un Thriller que he estado nunca pero aun siendo la historia de una psicópata, tenía un tono ligero…
Empiezo con el NaNoWriMo ’14 y me da por escribir un Thriller pero un poco más serio que La pobre Asesina del Pollo. Intento hacerlo bien y crear un esquema, pero al final me he dejado llevar por en un ejercicio de literatura creativa ( que es sentarme a escribir y que vaya saliendo) y la novela de 50.000 palabras se ha convertido en un duelo psicológico entre dos personajes que he acabado con 30.000 ( palabras).
Para llegar a las 50.000 que se fijan como objetivo los wrimos, puedo ir a ampliaciones descriptivas de los escenarios en los que se desarrolla esta batalla típica de “Poli Vulgaris vs Psicópata Listo” pero lo que es la esencia ya está escrita y finalizada. Y tengo un problema: me gusta mucho así. Con sus 80 paginitas. Tengo la sensación que si pongo mucho más, se va a desvirtuar lo que ha salido de ahí…
Escribir en versión psicópata, me ha costado mucho. Me he sentido rara planificando los crímenes…También cuando el personaje del Inspector de Policía, me ha dominado y se ha hecho con su papel y me ha obligado a escribir con un rosario de tacos y palabras malsonantes. “Hijo de puta” , por ejemplo, me cuesta mucho de escribir pero… salía de su boca. También es verdad que este poli es el famoso inspector Eusebio Flórez ( Sí, sé que es mejor llamarlo Flanagan pero ya está registrado) que aparece en “La Asesina del Pollo” y ya tenía una idea preconcebida del estilo… Y no lo he modificado. Me parece que tiene que ser así.
Lo que sí que ha sido fascinante, es “armar” la historia, con sus detalles y sus pistas, para que no os podáis imaginar cual va a ser el final. O por lo menos, creérmelo…
Le voy a dedicar una lectura pausada y la correspondiente edición ( que suele ser rápida) para ver si me he dejado llevar por la emoción o la historia es lo consistente que creo que es. De forma simultánea, me voy a leer el libro de André Jute “Escribir un Thriller” (es empezar la casa por el tejado, lo sé, pero ha venido así) a ver cómo lo he hecho…
“Íncipit, el thriller incipiente “es la historia de un asesino múltiple que siembra el terror en Barcelona. Su firma es una nota con un íncipit ( inicio de un texto) de una obra literaria famosa que deja en las Bibliotecas de la ciudad. Se le conoce como El Asesino del íncipit pero él prefiere que lo llamen Ismael…
Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo. Es un modo que tengo de echar fuera la melancolía y arreglar la circulación. Cada vez que me sorprendo poniendo una boca triste; cada vez que en mi alma hay un nuevo noviembre húmedo y lloviznoso; cada vez que me encuentro parándome sin querer ante las tiendas de ataúdes; y, especialmente, cada vez que la hipocondría me domina de tal modo que hace falta un recio principio moral para impedirme salir a la calle con toda deliberación a derribar metódicamente el sombrero a los transeúntes, entonces, entiendo que es más que hora de hacerme a la mar tan pronto como pueda. Es mi sustituto de la pistola y la bala.
Moby Dick, Herman Melville