Revista Libros

Escrita en tu nombre - Amelia Noguera

Publicado el 08 abril 2013 por Esperanza Redondo Morales @esperedondo
Escrita en tu nombre - Amelia NogueraEdición: 1ª ed.
Publicación: Madrid: Amelia Noguera, 2012
Descripción física: 365 p.; 21 cm.
CDU: 821.134.2-31"20"
Signatura: N NOG esc
Precio: unos 3 euros en Amazon; se puede solicitar también a través del blog de la autora.
TRES NOMBRES, UNA MUJER
Esta novela me llegó a través del libro viajero que organizó Kayena en su blog. Y con tanto lío de lecturas y demás, ya ni me acordaba de que me había apuntado a esta iniciativa. El caso es que, para variar, andaba con un montón de lecturas pendientes, pero le hice una afrenta a mi excel lector y adelanté esta novela unos cuantos puestos. Y la verdad es que tengo que decir que no me arrepentí para nada.
Lo primero que me llamó la atención al abrir el libro fue la cantidad de dedicatorias que había de la gente que lo había leído con anterioridad; y por lo que vi, parecía que a todo el mundo le había encantado la historia. Me sorprendió también que sólo hubieran sido chicas las lectoras anteriores, pero bueno, supongo que a veces los prejuicios son así y quizá a más de un chico le haya tirado para atrás leer el argumento... Pero vamos al lío.
Argumento y personajes
Como se puede intuir por el título de la reseña, la protagonista de esta novela son tres mujeres. Magda, Malena, Magdalena son los tres nombres, las tres mujeres, que en realidad se esconden bajo una sola. Cada una de ellas tiene su vida propia, sus miedos, sus manías y sus gustos; un carácter diferente que en ocasiones se hace notar por encima de los otros dos, según la situación en la que se encuentre nuestra protagonista.
Magdalena es una chica nacida en el seno de una familia humilde, trabajadora, con varios hermanos pequeños (ella es la mayor de todos) y unos padres que se desviven por darles a sus hijos todo lo mejor, a pesar de que la situación no es nada fácil para ellos. Y por eso nuestra protagonista se pone la careta de hija perfecta e intenta ser lo más responsable posible, ayudar en casa, enredar a sus padres lo mínimo, estudiar mucho para poder hacerlo con beca, encontrar pronto un trabajo y poder echar una mano económicamente a sus padres... Por si fuera poco, Magdalena se llama igual que una tía suya que en la familia dicen que estaba loca, y ella está empeñada en que algún día tendrá el mismo final triste que su pobre tía...
A través de los continuos saltos en el tiempo que hay a lo largo de toda la novela, iremos poco a poco conociendo tanto al resto de personajes como más detalles de la vida de Magda, la chica de instituto apocada que de la forma más rocambolesca conoce a Mario, el supuesto hombre de su vida y por el que ella, ciega perdida, pondría la mano en el fuego sin dudarlo ni un momento, lo que le acarreará algunos problemas, entre ellos la convicción que suele tener siempre Magda de que hay que resignarse y tomar la vida como viene, sin intentar cambiar nada. Por supuesto conoceremos también a la familia de nuestra protagonista: sus padres, sus hermanos pequeños... Y a Laura, su amiga de toda la vida, un auténtico encanto, sincera a más no poder y más bruta que un arado, pero con la que me he sentido a ratos muy identificada porque a veces a sincera y sobre todo a bruta tampoco me gana nadie...
Por último conoceremos a Malena, que es quizá de las tres la que ve las cosas de forma más optimista y la que tiene más ganas de vivir y de disfrutar cada momento. Será a través de Malena como descubriremos a Omid, un músico medio iraní medio escocés que tuvo que huir de su país cuando era tan solo un niño, dejando allí a toda su familia y hasta a un hermano por el camino. Omid (que por cierto, leyendo el libro descubrí que significa esperanza en persa) es consciente de lo que Magda ha sufrido e intentará hacer todo lo posible por conseguir que Malena sea feliz; lo que desde luego a veces no resultará nada fácil...
Mis impresiones
Una de las primeras cosas que me llamó la atención según iba leyendo el libro fue que la historia que contaba nos podía haber pasado a cualquiera de nosotras; no en todo momento, pero en muchas ocasiones sí me sentí identificada con la protagonista. No he conocido nunca a ningún músico iraní (os podría contar miles de historias que me han pasado con personas de los más variados países, pero precisamente no de Irán), aunque sí he vivido la experiencia de encontrarme con que el supuesto hombre de mi vida, o eso es lo que él decía, resultó ser un imbécil de tomo y lomo.
Al ir conociendo a nuestra protagonista, me he dado cuenta de que me había visto muchas veces en situaciones iguales, o bastante parecidas, a las que experimenta ella. La novela además transcurre en su mayor parte en Madrid, por lo que los escenarios me resultaban totalmente conocidos; sin embargo también tendremos ocasión de recorrer la preciosa ciudad de Roma, de la que tengo tan buenos recuerdos; y por supuesto a través de los ojos de Omid descubriremos también no sólo Irán sino algunos de los otros lugares que él deberá recorrer. A ratos me parecía que en realidad no eran Magdalena, o Magda, o Malena las protagonistas de la novela, sino el propio Omid, que en algunos capítulos es el centro absoluto de la historia, una historia tristísima y muy dura, con la que a ratos se nos hará un nudo en la garganta. De hecho a mí leyendo la novela se me escapó algún que otro lagrimón, y ahora que estoy escribiendo esto y lo estoy recordando, me vuelvo a emocionar.
Y a pesar de todo lo que ha pasado Omid, se empeñará en convencerse de que la vida es para vivirla y disfrutarla a cada momento; y no sólo eso, intentará además convencer de lo mismo a Malena. Lo malo es que casi siempre es Magda la que hace acto de presencia y está convencida de que no es posible que la historia con Omid sea tan bonita, que alguien como ella no se merece a un hombre como él. Y me he dado cuenta de que parece como si las mujeres tuviéramos una facilidad increíble para no estar nunca contentas con nosotras mismas. Creo que a todas nos ha pasado alguna vez (o quizá muchas veces) eso de preocuparnos más por los demás que por nosotras, e intentar amoldarnos a las necesidades de otros en lugar de intentar ser felices sin más. En muchos momentos me han dado ganas de darle un bofetón a Magda cuando se empeñaba en no ser feliz, o en pensar que su historia con Omid estaba siendo tan bonita que en el fondo no se merecía que alguien como ella tuviera en su vida a un hombre como él; bueno, y ya puestos, también la habría mandado a la porra cuando de repente se empieza a plantear que a un hombre con el culo de Omid (porque la verdad es que este hombre, además de alegre y con ganas de vivir, es un portento físicamente) es imposible que le guste la ópera. En ese momento pensé que la protagonista era idiota, directamente. Pero en fin, retomando lo anterior, es que a veces en mi vida también me habría abofeteado a mí misma porque he tenido ocasiones en las que no era capaz de ver que sí me merecía lo que me estaba pasando, por muy bonito que fuera... En este sentido, Amelia Noguera ha conseguido hacerme reflexionar y mucho.
Por otro lado, cabría destacar también que la novela está muy bien escrita, con un lenguaje muy accesible pero a la vez de una gran belleza. En mi caso devoré la historia en muy poco tiempo, pero a ratos disfrutaba tanto con lo que estaba leyendo que me daba hasta pena ir avanzando tan deprisa en la lectura. Me encantó ir descubriendo retazos de la vida de los protagonistas, ir viendo cómo poco a poco todo iba encajando a la perfección, ir conociendo los detalles de su infancia, de su adolescencia, de su madurez... Y también en ocasiones el recurso que utiliza Amelia para contarnos la misma cosa desde diferentes puntos de vista, aunque en algún caso me haya casi dado un ataque de estrés. La verdad es que me sentí incluso rara cuando llegué a la última página del libro, porque me habría encantado seguir disfrutando de su lectura durante muchísimo tiempo más. Y aunque es una sensación extraña, en cierto modo me gusta cuando un libro consigue precisamente eso, que al terminarlo te quedes con ganas de más.
Conclusión
Siempre suelo decir que me gustan los libros en los que los personajes están tan bien definidos que no te cuesta ningún trabajo o bien identificarte con ellos, o bien cogerles manía si son malos malísimos y están totalmente metidos en su papel. En el caso de Escrita en tu nombre, tanto si nos sentimos identificados con ellos como si no, lo más probable es que les acabemos cogiendo cariño prácticamente a todos ellos, en mayor o menor medida. Por supuesto, con los que más "trato" tendremos a lo largo de la novela será con Malena y con Omid, y además compartiremos tantísimas cosas con ellos que será casi como si los conociéramos de toda la vida.
También es cierto que me encanta la literatura fantástica y este año, que sigo avanzando con la saga Juego de tronos que me tiene enganchadísima, estoy disfrutando muchísimo con ella. Pero para haber tenido que hacer un cambio de tercio tan brusco entre tanto caballero, tanta batalla y tanta conspiración, creo que la novela de Amelia Noguera estará en los primeros puestos en cuanto a mejores lecturas de 2013; seguro. Eso sí, pediría a los chicos que se animen con ella, que por lo general suelen huir de las historias de amor como de la peste, y aunque esta novela hable de amor, no es sólo eso sino que va mucho más allá; y creo que merece la pena descubrirlo.

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