Revista Cultura y Ocio

Escritoras que publicaron con pseudónimos | #LeoAutorasOct

Publicado el 04 octubre 2017 por Carmelo Carmelo Beltrán Martínez @CarBel1994
Tengo que admitir que siempre me ha gustado todo lo que rodea a los pseudónimos. Es decir, las razones que llevan a una persona a escoger un nombre artístico distinto al propio, lo cual está normalmente relacionado con la necesidad de esconder algo o esconderse de alguien. El mundo no ha sido siempre libre y hace muy pocos años la censura era la protagonista en muchas historias. 
No obstante, siempre me ha cabreado de sobremanera la obligación de utilizar pseudónimos en un determinado grupo a lo largo de la historia debido a que en caso contrario no habrían sido publicadas o tomadas en serio. En efecto, me estoy refiriendo a todas esas escritoras que se vieron intensamente recomendadas a publicar bajo un nombre masculino por las editoriales.
Hoy quiero hablaros de algunos casos que tuvieron que hacer frente a esta técnica de marketing que en realidad no es más que la sombra de un mundo machista.
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Escritoras a las que aconsejaron firmar con un pseudónimo masculino | #LeoAutorasOct


Versión en vídeo de El Rincón de las Páginas



Cecila Böhl de Faber (Fernán Caballero)


Seguramente el nombre real de esta escritora os suene muy poco, y esto es así debido a que en todas sus obras dejó la firma de Fernán Caballero, un nombre masculino, pues durante el siglo XIX, época en la que vivió prácticamente durante toda su vida, el hecho de que una mujer se lanzase a la escritura era considerado, cuando menos, extraño. No en vano, las mujeres tenían su sitio en el hogar y todo lo que se saliese de ahí era tachado como locura —da miedo pensar lo poco que se ha avanzado en más de cien años—.
Cecilia dejó un inmenso legado a sus espaldas y es considerada por muchos la primera mujer que se dedicó profesionalmente a la escritura en nuestro país, la cual tuvo que vivir siempre bajo la sombra de su máscara de hombre para poder triunfar. ¿Ha cambiado tanto el mundo como para que hoy en día lo hubiese logrado con su nombre de mujer? Me gustaría pensar que sí.


Emily Brontë (Ellis Bell)


No podemos abandonar todavía el siglo XIX ya que durante esta época hubo otra gran autora a la que su género le impidió brillar con luz propia y acabó viéndose relegada, también, a la sombra del nombre de un hombre, a pesar de haber escrito una de las obras literarias más importantes de la literatura inglesa, Cumbres borrascosas.
Emily, puede que en tu época no te reconociesen, pero a día de hoy eres una de las personas —no solo mujeres— más importantes de la historia de la literatura. Honraremos tu nombre.

Amandine Aurore Lucile Dupin (George Sand)


Europa fue una tierra de grandes machismos durante el siglo XIX. Las mujeres no lo tuvieron nada fácil —prácticamente imposible— y para muestra, otro botón de tantos. Amandine Aurore Lecile Dupin tampoco pudo acceder al mercado editorial bajo su propio nombre, sino que, como en todos los demás casos, fue insistida en que optase por firmar con un seudónimo que, por supuesto, tenía que ser de carácter masculino.
Podría estar horas hablando sobre Amandine, pues su obra literaria es tan extensa que ni en cuatro vídeos de YouTube podríamos desgranarla, así que me gustaría recomendaros Rosa y blanco como una de sus obras más importantes. 

Joanne Rowling (J.K. Rowling)


Estoy seguro de que muchos lo sabéis, pero que la aclamada autora de Harry Potter firmase con sus iniciales las obras no es casualidad ni porque ella se sintiese más cómoda de este modo, sino porque sus editores pensaron que si los lectores supiesen que una mujer habría escrito un mundo de fantasía no serían tan proclives a leerlo. De verdad, no sé qué me asusta más, si las decisiones de los editores o que el mundo lector sea realmente así. Ambas dan pánico.
Joanne ha sido una de las personas más importantes para mi generación y, pese a que yo no haya leído la mayor parte de su saga ni visto las películas, gran parte del amor de la literatura que se profesa en estos tiempos es gracias a ella. Su pluma ha hecho más por la lectura que cientos de profesores a lo largo del mundo. Pero, ojo, que era una mujer y quizás por ello no fuese suficientemente buena, ¿verdad?
Vivimos en un mundo lleno de prejuicios y, aunque nos estamos dejando la piel en que estos se acaben, todavía queda mucha batalla por delante. Este es mi pequeño grano de arena, no solo por las mujeres, sino por la justicia.
Carmelo Beltrán@CarBel1994

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