Revista Viajes
Me gusta la “literatura de movimiento”, libros donde los personajes se mueven, desparecen, corren, cambian de lugar; eso no significa que no adore libros en cuyas historias los protagonistas no salgan ni siquiera de sus ciudades (los de Kafka por ejemplo o algún personaje de Walser caminando por las calles de una misteriosa ciudad) pero tengo que reconocer que los primeros son los que me gustan más. A modo de hacer algo nuevo me he propuesto publicar algunas pequeñas reseñas a los que llamaré ESCRITURAS NOMADES (título que tomo prestado del interesante libro de la escritora Belén Gache) y que se basarán en los libros de viaje (o de los que encajan en lo que considero “literatura de movimiento”) que estoy leyendo esperando que el (improbable) lector-a de este blog también se anime a leerlos o los conozca un poco más si es que de ellos no ha oído nunca. Debo advertir que no soy, ni pretendo ser, crítico literario ni tengo ningún conocimiento de cómo armar una opinión presentable y clara sobre muchas cosas; de hecho mi talento analítico, expositivo o explicativo y de concisión los considero nulos; solo trataré de reflejar aquí el entusiasmo, o la carencia del mismo, que me despiertan ciertos libros. Las más de las veces solo me limitaré a transcribir algunas frases interesantes que encuentre en esas lecturas y que pueda considerar sugestivos; y cortas, muy cortas, reflexiones que vengan a mi mente en el momento de la lectura. Creo que es mejor la concisión en estos casos y no colaborar con la sobreinformación y el océano de opiniones que existen ya en la red.
Posiblemente, antes de ponerme a escribir sobre libros que están considerados dentro de la “literatura de viajes” debería asentar mis ideas y crear un “corpus teórico” y un introito decente en el que exponga lo que yo considero qué es ese género, pero quizás intente hacerlo en el futuro; también me encantaría escribir algo así como “la historia de la literatura de viajes” o un “diccionario biográfico de escritores viajeros” pero dejo todo eso para después; sinceramente ahora me pueden más las ganas de dar a conocer y compartir opiniones sobre los libros que leo y que están allí sobre la mesa de noche velando mis sueños y anhelos de conocer el mundo. “Siento que la vida requiere efusiones, no reflexiones” como escribió Walser.
En fin, estoy tan lleno de “proyectos” que creo que necesitaría mucha vida y mucha calma para hacerlos todos. Ah, lo olvidaba, algunos de los textos sobre los que hablaré posiblemente no tienen nada que ver con “literatura viajera” pero algo en sus historias, en sus reflexiones o en la “vida” de sus protagonistas me hará considerarlos como tales. Espero que los disfruten y que me perdonen los errores, excesos de entusiasmo, poca claridad, metidas de pata, ignorancia y demás cosas que seguramente serán recurrentes en estas humildes opiniones. Nos vemos en el camino.
Pablo