Escucha atentamente porque no lo voy a repetir. SOLO HOY.

Hacen cola, critican a desconocidos de internet y lo que les duele de ir al taller es la factura.

Son enfermos de pobreza crónica.

Se reúnen, toman cafés y hacen powerpoints.

Sospechan que miento, se piensan mucho las cosas y desconfían por defecto.

Almuerzan, fuman y cagan tres veces al día.

Por la mañana dicen que escribir a miles de personas cada día es demasiado trabajo y que si de verdad me fuera bien no lo haría, por la tarde preparan propuestas al primero que les sonríe.

Se llaman a sí mismos consultores y en una misma frase te dicen que no quieren ser pesados, que tienen don de gentes y labia.

Cuando les dicen que no lanzan una oferta y dicen que es limitada. Refiriéndose a su credibilidad, obviamente.

Si el cliente no les escupe dicen que está caliente. Pronto le harán una nueva versión de la propuesta.

Y otra.

Y otra.

Por cierto, esto me lo envió el otro día Lydia, una alumna de la Mentoría:

TU SABES LO QUE HACES???

me estas exprimiendo el cerebro, sudo de los nervios, esto es LA OSTIA PUTA … me estás ayudando a ser eficaz al pensar en lo importante…

¿¿¿tú sabes lo que haces???

Continuemos.

No es que la gente pobre no valore su tiempo, es que quien no valora su tiempo está condenado a ser pobre.

Y este post tendrá haters y un idiota que me dirá que después de lamerle el escroto a un cliente durante tres años hizo una venta de diez euros.

Venga, viene lo duro.

Si llevas años arrastrándote para ganar comisiones de 20 euros por aquí y recibir una palmadita en la espalda de tu jefe por allá…

Si te preocupa más rellenar el CRM que vender…

Si tienes pesadillas con que el cliente te diga que no le gustas o que eres un soberbio…

…esto te va a joder pero…

No hace falta ser el más simpático para vender, ni el más guapo para ligar.

Ni el dinero te ayuda a follar, ni tener un mejor producto a cerrar.

Y si no lo sabías normal que seas pobre. Y virgen.

Por cierto, esto me lo envió el otro día Luis, otro alumno de la Mentoría:

Gracias por ajustarme la mirilla.

Con lo que tengo negociado, ya supero los 100K este año.

El año que viene, tengo un cañón preparado.

Todo lo que sea menos de 250K, yo mismo me doy de collejas antes de la Navidad de 2024.

En el newsletter hablaré de un método para triplicar la probabilidad de cierre cuando te están comparando con tus competidores.

Me refiero a esos clientes que no tienen ni idea y piden un millón de presupuestos.

Y esos que organizan concursos, licitaciones, tenders y huevos kinder.

Te contaré algo que hacer que prácticamente garantiza el cierre de la venta.

Si lo haces bien, claro. Es decir, si no eres un flojito lamebolas.

Por cierto, esto me lo escribió Iván, otro alumno de la Mentoría:

Tu última lección es brutal, porque es una “colleja energética” que te inyecta testosterona y verdades.

Te vas a reír, pero la energía que proyectan los mensajes que nos repetimos a diario afectan al subconsciente.

Por eso me pongo siempre tus lecciones en bucle por las mañanas mientras me preparo para la guerra. Y se nota, muchísimo.

Efectos: vender el equivalente mensual a mi sueldo en mi anterior empleo.

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