Cuando tenemos un problema, algo que nos preocupa, o cuando nos sentimos simplemente mal, y buscamos ayuda, o una oreja que nos escuche… con qué nos encontramos??…
Sabemos escuchar???…
Queremos escuchar??..
Muchas veces, al encontrar una persona que escucha lo que nos pasa, nos encontramos también, con que esa persona puede no pensar de la misma manera que nosotros. O puede ver la situación desde otro punto de vista.
Y sus opiniones pueden no gustarnos, claro.
Estamos en condiciones de aceptar eso??…
Estamos en condiciones de escuchar lo que nos dicen… o sólo escuchamos lo que queremos escuchar??..
Sabemos valorar esas palabras???…
Quiero dejar en claro, a mi entender, que cuando alguien nos dice la verdad…. por más dura que esta sea, queridas mias, estamos frente a una persona sincera, y si esa persona es un amigo/a, entonces estamos frente a un verdadero/a amigo/a.
Porque es muy fácil decirle a una persona (y les dejo un ejemplo frívolo) que nos plantea supongamosle, que está “gorda”, “Noooo, que va!, si estás divina, es sólo cosa tuya!!.
Mientras para nuestro adentro, pensamos: Y si, la verdad que estás gorda…
Claro que prefiero que me digan: creo que deberias hacer un poco de dieta.
No soy tan tonta de mirarme al espejo y notar que sí estoy algo pasada en Kg.
Lo mismo ocurre, con las cosas cotidianas. Muchas veces, somos concientes de nuestros actos, si cometemos algún error, o si dudamos de hacer algo. Y cuando buscamos las palabras de alguien, que nos de aliento, nos diga lo que piensa, no siempre estamos dispuestos a escuchar la verdad.
Creo que eso es algo que se debe trabajar, de a poco, porque si bien no es fácil, tampoco es imposible.
Creo que muchos de los seres humanos, tendríamos que APRENDER a escuchar…, en vez de escuchar por el sólo echo de hacerlo.