Escuchándote

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Escuchándote

¿Cómo no escucharte? ¡Si sos tan interesante! Tenés tanto para decir, todo lo que pensás, todo lo que sentís, las dudas que te aquejan…. las cosas que no entendés de este loco mundo. Debería decirte, gracias por contarme tus cosas, gracias por abrirte a mí.

Antes no se prestaba atención a los niños, a sus necesidades. No creo que por desamor, sino por que no se les daba status de” persona” hasta que crecían.

He descubierto de la mano de mis hijas un mundo nuevo: si uno escucha, puede quedar muy sorprendido. Mucas veces mi hija mayor me ha preguntado a quemarropa cosas de las más variadas que si me ponía a pensarlas, no se que hubiera respondido. Por ejemplo, cuando me preguntó por la existencia de Papá Noel, del matrimonio gay o se sacó la duda de qué era un travesti. Si, así como lo leen. Y siempre le respondí con la verdad, instintivamente siempre le hablé con franqueza y en un lenguaje muy simple.

Escuchando a mis hijas me enteré que Bernarda está enamorada. Me contó que cuando ve a el objeto de su amor, tiene cosquillitas en la pancita. ¡A sus tres añitos, está perdidamente enamorada! Pasó de los brazos de mamá a en enamoramiento fulminante…

Escuchando, supe que Pía lo que más desea es ser mamá cuando sea grande. No policía, ni astronauta, ni chef: Mamá. Me hace sentir tan orgullosa! Me dá muchísima ternura la mirada que tiene de la vida mi hijita de cinco años.

Pero ojo, creo que como en todas las relaciones, es una cuestión de retroalimentación. A los chicos también les gusta escuchar. Al menos a mis hijas les encanta escuchar las historias que les cuento de cuando eran chicas, de cuando nacieron, de las cosas que hacían de más peques, de mi propia historia, mis juegos, mis amigos, mis padres…. me gusta mucho pasar el tiempo con ellas haciendo “cosas de nenas” como cocinar o pintarnos las uñas mientras charlamos despreocupadamente de cualquier tema.

Una cuestión de confianza

Creo que es muy importante para nuestros hijos encontrar en nosotros esa “oreja“, esa persona a la cual acudir cuando surgen dudas o tienen curiosidad sobre las cosas que van descubriendo en la vida, sobre las cosas que van viviendo y los cambios que van teniendo.

Es un acto de confianza extrema el que nos elijan como confidentes y quién mejor que nosotras para aconsejarlos, para guiarlos y ayudarlos a solucionar sus problemas.

Al escucharlos, les demostramos interés, fortalecemos su autoestima porque aprenden desde edad muy temprana que su opinión cuenta, que es valioso y lo que piensa, se imagina y dice es importante.

Escuchemos, que seguramente nos vamos a sorprender de lo mucho que tienen los chicos para decirnos.

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