Publicado en HeraldPost.es
Pocas cosas más cursis y redichas que los núcleos que irradian, repitiendo una y otra vez a bolcheviques y asesinos homófobos, permeando ideas y construyendo la voluntad de las mayorías. Vístase todo de sonrisas y corazones. De pajaritos que me dicen cosas al oído. Así tendrán la mágica cucharadita de azúcar a lo Mary Poppins, que les ayudará a engullir el pastiche infernal del populismo más infame, empobrecedor y asesino. Las malas ideas hay que vestirlas de bonitas palabras, máxime cuando son ya viejas, como aquella señora que nunca fue hermosa y que se pasa más con la capas maquillaje cada vez más, conforme avanza su vida. El populismo comunista se puede definir así, una señora fea y vieja, pasada de maquillaje. Ya pueden llamarme machista.
No ha habido tiempo para formar gobierno siquiera. El martes el ministro De Guindos, anunciaba una subida de impuestos, que no era subida como tal, porque era más bien un pago adelantado a cuenta. O algo por el estilo ¿Será esta la desaceleración de la economía al estilo PP? Las huestes de la gaviota han salido raudas a argumentar, diccionario en mano, que sí pero no, o que no pero que tampoco. Lo bien cierto es que sea como fuere la consecuencia de lo anunciado será que las empresas que se vean afectadas dispondrán de menos efectivo en su caja. Lo mismo que si les subieran los impuestos. Y que si el Gobierno no ataja el déficit por donde puede y debe hacerlo, por el lado del gasto, a cuenta se convertirá en sine die.
Las excusas de la herencia ya no valen. Solo queda la palabrería. Quisiera poder esperar que los del voto útil abran los ojos. Pero no. Que lidien en su conciencia con el contrasentido que supone prometer en campaña electoral bajar los impuestos, para sin haber formado aun gobierno, meter mano a la caja de las empresas. Y que obren en consecuencia. Espero sinceramente que no les quite el sueño el aplauso de la medida por parte de Pablo Iglesias. Que la ve muy razonable. No sé si les supone motivo de insomnio coincidir en algo con este señor. Eso sí, no quiero seda para la mona. Es una mona; lo saben ellos y cualquiera que mire con un poco de atención.
El Partido Popular ya subía impuestos de forma desaforada. Ya mantenía un Estado hipertrofiado y burócrata hasta la náusea. Ahora también se escuda en palabras vacías e ingenios contables para que el dinero que debería estar en manos de las empresas, creando riqueza y empleo, sirva para pagar el déficit, que ellos no supieron manejar. No hace falta remontarse más que unas semanas para y recordar cómo Unidos Podemos pedía aumentar impuestos para aumentar el Estado. Y usaba ese lenguaje preciosista al que había que temer. Nos iban a llevar a la ruina. A la miseria. Tres semanas después copiando están su programa y su retórica. Qué triste victoria es esa del ya te lo dije.
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