Escudos humanos en Barcelona

Es hora de recapitular: esta sociedad que ve en la televisión horribles matanzas sin inmutarse se asusta con las imágenes de la supuesta brutalidad de la Policía Nacional en Barcelona para impedir el referéndum ilegal del pasado día 1.

Esta historia de las cargas policiales y los 893 heridos que repiten incansables los políticos separatistas, es una de las mayores falsedades creada por los inteligentes servicios de propaganda del independentismo.

Que exageraron tanto que la prensa, sobre todo extranjera, olvidó compararlas con las tremendas cargas que se producen en sus propias democracias, como la estadounidense, la francesa, alemana, o en el paraíso pacifista danés.

De los 893 heridos sobre los que insisten los separatistas –los hay que dicen que más de mil o de cien millones, qué más da-- sólo necesitaron asistencia hospitalaria cuatro, siendo uno un anciano que sufrió un infarto.

Dos salieron enseguida del hospital y sólo hubo uno que perderá la vista de un ojo víctima de una pelota de goma rebotada y disparada para alejar a las masas que acorralaban a los policías.

El resto son falacias, incluida la de la farsante acosada sexualmente y de los dedos rotos uno a uno. Aunque hubo contusionados leves, casi todos por avalanchas de los propios manifestantes, que acudían a médicos nacionalistas para que emitieran certificados de lesiones.

Ante propaganda así ningún gobierno fue tan torpe seguramente como el español por no facilitar información de contraste que podía demostrar que las cargas fueron menores que las que se practican en cualquier democracia europea.

Las escenas más crudas e inhumanas no eran las de los agentes expulsando a los separatistas de los puntos de votación, sino las de los separatistas usando ancianos, discapacitados y niños como escudos humanos, como el DAESH
en Siria o Irak.

Pero las más violentas resultaron ser las de los Mossos d’Esquadra golpeando a los “indignados” barceloneses en 2012, presentadas como si fueran de la Policía Nacional el 1 de octubre.

Las que se divulgaron poco fueron las grabaciones de los acosos, insultos y agresiones que provocaron unos 450 lesionados entre policías y guardia civiles, y que relató sin darle importancia el Ministro del Interior.

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SALAS