Revista Comunicación
El joven autista de 18 años André McCollins llegó en octubre de 2002 a su clase. Cuando al entrar se negó a quitarse el abrigo, un grupo de cuidadores le llevó a una sala, le ató y le sometió durante siete horas a 31 descargas eléctricas, sin comer, ni atender a sus necesidades. Al recogerle, la madre de McCollins le llevó a un hospital donde se le diagnóstico "estrés agudo". Pasó tres días en coma y quedó inválido, según informan los medios de EE UU.