La ‘última’ de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es crear una escuela de activistas que se llamará ‘La Comuna’. La catalana y su equipo desvelan estos días a algunos periodistas que están muy ilusionados con este proyecto y que explican “será una escuela de formación para los activistas del partido que comenzará a funcionar el sábado 15 de octubre”.
Colau quiere convertir a los suyos en grandes activistas como lo fue ella y sus compañeros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) cuando luchaban por causas sociales. Por ello, ‘La comuna’ también abordará “la acción y la movilización” que debe llevar a cabo Barcelona en Comú para seguir siendo, como afirman, un partido de cambio en cooperación con otras candidaturas municipalistas catalanas, estatales e internacionales. Sin pelos en la lengua, utilizan términos como “radicalidad democrática” que es lo que pretenden enseñar sin desvelar el precio que costarán estos talleres.
La definición que hace la Real Academia Española del término “activista”, es la siguiente: “Militante de un movimiento social, de una organización sindical o de un partido político que interviene activamente en la propaganda y proselitismo de sus ideas”.
Así pues, la Sra. Colau, desde una institución pública, propugna la creación de una escuela para formar gente partidista, imaginamos que proclive a las ideas que representa la alcaldesa en la formación que la llevó al poder en Barcelona.
Además, habla de términos como radicalidad democrática. Se conoce que la votación cuyo resultado aupó a Dª Ada a la alcaldía no era “radicalmente” democrática o, si se me permite la inteerpretación, no fue lo “suficientemente” democrática, que viene a ser casi tanto como no haberlo sido, valga el trabalenguas.
Con un par.